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Opinión

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Argentina y el FMI: en un impasse

Es muy lamentable que la población sufra las consecuencias de políticas macroeconómicas para reordenar la economía causadas por malos gobiernos que no manejaron bien las finanzas públicas.

Argentina está una vez más en problemas. Ante la severa inestabilidad económica, el gobierno anterior de Macri suscribió en 2018 un apoyo multianual con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 57,000 millones de dólares (mmd), el paquete más cuantioso otorgado a un país miembro en la historia del FMI. El programa falló, pues el gobierno de Fernández no ha querido asumir plenamente la dolorosa, aunque necesaria, austeridad fiscal para reestablecer los equilibrios. El FMI sustituyó ese paquete por uno nuevo por 44 mmd el año pasado. Pero con la reciente sequía sin precedentes, la producción y exportaciones de granos –principal generadora de divisas– se han colapsado. El gasto público ha sido financiado en gran parte con emisión monetaria que ha desembocado –una vez más– en un proceso hiperinflacionario de una tasa anual superior a 110%. A pesar de ello, Argentina cumplió con los requisitos para desembolsar el siguiente tramo por 5.4 mmd en abril pasado. Con esto, los desembolsos del total del paquete han alcanzado 28.9 mmd.

Sin embargo, desde mayo, la población salió a las calles para protestar masivamente de que las condiciones de austeridad del FMI eran insostenibles ante las urgentes necesidades de la población. Las protestas recordaron al “cacerolazo” en 2001 ante el infame “Corralito”. El gobierno respaldó los disturbios y ha buscado renegociar –una vez más– las condiciones del acuerdo, argumentando que no tiene recursos para eventualmente repagar al FMI y que, ante los reclamos de honrar las pensiones y los subsidios al consumo de varios productos, simplemente no puede afrontar la austeridad solicitada. Por ahora, el FMI se ha negado a una nueva revisión de los términos del Acuerdo, llevando a un impasse entre el organismo y Argentina.

En este escenario, seis presidentes de América Latina (Brasil, Bolivia, Chile Colombia México y Paraguay) enviaron una carta conjunta el 23 de junio al Presidente Biden, solicitando interceda en el FMI para rescatar a Argentina. Si bien Estados Unidos es el mayor aportador de recursos al FMI, esta petición debió ser dirigida a Kristalina Georgieva, la Directora Gerente del FMI. Dicha carta señala que los problemas actuales son producto del sobreendeudamiento del gobierno anterior y acusa que el FMI lo agravó con el Acuerdo (¿sic?). La misiva no contribuye a buscar un dialogo para una solución técnica a la crisis argentina, ya que es esencialmente un reclamo político sobre  “la inflexibilidad del FMI”.

El texto refleja que estos seis mandatarios estuvieron mal asesorados por sus equipos económicos para redactarlo y que no entienden el papel y funcionamiento del FMI. Por supuesto es muy lamentable que la población sufra las consecuencias de políticas macroeconómicas para reordenar la economía causadas por malos gobiernos que no manejaron bien las finanzas públicas. Pero el camino no es un rescate mágico ordenado por Biden, sino un ajuste estabilizador realista. Una carta más firmada por seis populistas que va a dar al basurero de la historia. 

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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