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Opinión

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Contra los debates de candidatos

La democracia que defiendo es deliberativa. Así, a primera vista, parecería que los debates entre candidatos habrían de parecerme el pináculo del proceso electoral y, sin embargo, el triste espectáculo del domingo 8 de marzo pasado me convenció de lo contrario. Fue la gota que derramó el vaso, nunca me gustaron los debates entre candidatos y este fue el acabose: mentiras, pifias, ataques sin posibilidad de fundamentarlos, lluvia de preguntas. Para mí, lo que vimos estropea la deliberación. Y luego viene el postdebate, donde a sombrerazos los contertulios opinan que su candidata ganó, nunca he visto que el representante de un candidato reconozca que perdió. Pareciera que los debates así como están diseñados solo sirven para colar alguna frase pegajosa: “La dama de hielo”, dijo Xóchitl Gálvez de Sheinbaum. No pegó, pero era el intento, reducirlo todo a la batalla de eslóganes. Discúlpenme, eso no es debate democrático, esa es publicidad burda.

Veo el voto como la emisión de un juicio, el votante dice: después de sopesar los argumentos a favor y en contra de las distintas plataformas que buscan dirigir el país, considero que la mejor opción es TAL. Como se trata del futuro común, lo de «la mejor opción» se refiera a aquella que mejorará la vida colectiva, incluso contra los intereses del votante; lo correcto no siempre es lo que mejor se ajusta a mis intereses. Para emitir ese juicio el votante debe allegarse de la mejor información a la mano, después de todo, decide sobre su futuro y el de todos. Piensen en un médico, los médicos, para emitir un diagnóstico, deber reunir toda la información a la mano, si tienen información o se pueden hacer de ella, y no la toman en cuenta, son negligentes. Para reunir información el votante debería acudir a los programas de gobierno y estudiarlos. Pero claro, hacerlo toma tiempo e implica tener ciertos conocimientos previos, para entender cabalmente lo que se dice. A falta de tiempo y conocimiento, las distintas plataformas, que no los candidatos, deberían tener, más que voceros, divulgadores. Y esos divulgadores, especialistas en los distintos temas, deberían debatir en todo tipo de foros, y no debatir para ganar, sino para construir consensos y verdades democráticas. Un ejemplo, Sheinbaum y su equipo quieren desaparecer el INAI, Xóchitl y su equipo le quieren dar dientes. Movimiento Ciudadano, se inclina por el INAI. Pues los de Xóchitl y Jorge deberían debatir con los de Claudia sobre el asunto, en todos lados y si el candidato quiere ir, porque siente que es la voz más preparada, que vaya. Podríamos tener debates sobre muchos temas de los que se plantean para los tres debates. Pero a fondo, con tiempo y no shows ridículos para poner apodos y acusar al otro, como si estuviéramos en la primaria.

X: @munozoliveira

L.M. Oliveira es escritor. Autor de "El mismo polvo" y "El oficio de la venganza". Es Titular A en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y El Caribe.

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