Datos y realidad

Llevo varios años siguiendo las encuestas que hace Grupo GEA/ISA, pues sé del profesionalismo y la seriedad de sus estudios. Cada tres meses, desde hace más de 20 años, entregan un reporte por inscripción, sobre la gobernabilidad y la situación económica de nuestro país, lo que redunda en la posibilidad de comparar a lo largo de este tiempo como y de qué manera se han movido diferentes variables. La utilidad es infinita, pues nos dan un continuo que permite el análisis y la comparación.

De su entrega de marzo, tomo unos datos que me obligan a la reflexión.

Por ser el inicio del periodo electoral y de campañas la encuesta comienza preguntando preferencias electorales. Dice: Si hoy fueran las elecciones presidenciales, el 52% votaría por Claudia Sheinbaum, 33% por Xóchitl Gálvez y 4% por Jorge Álvarez Máynez; aún hay 12% de ciudadanos indefinidos.

Entre los votantes probables, la ventaja de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez se reduce de 19 a 16 puntos, ya que la distribución de las intenciones de voto entre el 55% de los ciudadanos que asegura ir a las urnas el 2 de junio sería de 56% para Claudia Sheinbaum, 40% por Xóchitl Gálvez y en favor de Jorge Álvarez Máynez, 4%. Lo que vuelve la participación ciudadana un elemento crucial, para el triunfo de cualquiera de las dos. Aún más, de 40% de quienes piensan votar por Xóchitl Gálvez y por Claudia Sheinbaum dicen que aún pueden cambiar su decisión.

El 60% de los encuestados considera que el Presidente López Obrador tratará de influir en las decisiones del nuevo gobierno. Y sin embargo, algo preocupante es que apenas 45% de los mexicanos consideran que es mejor un régimen democrático a uno autoritario.

A ello se suma que por primera vez en los últimos dos años, hay una mayoría de personas insatisfechas con la democracia, 46%. Y para complicar el panorama aún más, comienzan a surtir efecto los ataques a las instituciones electorales y, por primera vez en los últimos tres años, más personas consideran que el INE no garantiza imparcialidad en las próximas elecciones, 46%, 1% por encima de quienes creen que sí la garantiza. Este daño, cometido desde el poder, será un lastre y un golpe muy serio a nuestra confianza y efectividad democrática, para el futuro.

El Tribunal Electoral goza de una buena opinión, con 63%, aunque disminuyó 7 puntos frente al trimestre anterior. La mayoría de los ciudadanos afirma que seguramente irá a votar en las próximas elecciones federales, con 55%. Aunque debe jugar en este fenómeno la abstención, pues 57% consideran que las próximas elecciones serán limpias y 60% de los mexicanos consideran que el crimen organizado sí influye en estas elecciones de 2024.

La opinión positiva de Morena continúa a la baja y se ubica en 18%, el PAN se ubica en -6% y el PRI en -27%. 46% votaría por Morena si tuviese que elegir diputados federales; 23% lo haría por el PAN y 8% por el PRI. Lo anterior sugiere qué de nuevo, el electorado está dividido y que la mayoría en ambas cámaras no será para una sola fuerza política.

Por otro lado, La aprobación de la labor que realiza el Presidente López Obrador ha perdido 11 puntos porcentuales y se ubica en 51%, la quinta peor posición en todo el sexenio; 7 puntos porcentuales por debajo de aquella de Vicente Fox en el mismo momento de su sexenio.

El nivel de credibilidad del cumplimiento de las principales promesas del presidente social entre 30 y 50%. Que en este gobierno los pobres fueron primero lo cree 40%, pero 49% piensa que no es cierto. Solo 39% dice que es cierto que no hubo gasolinazos contra 47% que dice que sí los hubo; 38% dice que la pobreza sí se redujo contra 50% que dice que no fue cierta esa reducción.

El porcentaje de quienes piensan que el país va por el rumbo correcto se mantiene en la tercera mejor posición de todo el sexenio, con 55%; 40% considera que va por el rumbo equivocado.

La seguridad se mantiene como el principal problema del país y permanece en su segundo punto más alto del sexenio con 59 puntos porcentuales. En el ámbito local, el descontento con los servicios se encuentra al mismo nivel que el problema de la seguridad, con 44 y 43%, respectivamente.

Quienes se consideran beneficiados por los programas sociales han disminuido todo el último año y se ubican en 52%; quienes se consideran perjudicados se han duplicado en el último año y se encuentran en 32%.

En seguridad, 49% desaprueban las acciones del actual gobierno federal para combatir al crimen organizado; una mayoría de 51% considera que el gobierno protege las actividades del crimen organizado. Quienes creen que la corrupción en su estado es mayor respecto a hace seis años aumentaron 11 puntos porcentuales frente al trimestre anterior, su tercer punto más alto en este sexenio, con 33%.

Finalmente, el 65% de la población considera que la Suprema Corte desempeña adecuadamente su tarea 61% considera que es más importante que los jueces mexicanos aprueben exámenes a que sean electos.

La moneda está en el aire. Nadie puede darse por ganador o perdedor, los elementos son tan diversos y complejos que nadie puede asegurar nada para nadie. Por lo pronto sería deseable que AMLO se dejara de meter en la elección, para no generar más distorsiones. Nada más, pero nada menos, también.