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Opinión

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¿De verdad conviene la aniquilación?

La polarización sigue en aumento. Las descalificaciones de unos contra otros cada semana se agudizan, desde la bilis, y no desde la razón. Parecería que la estrategia de ambos bandos es dinamitar los puentes de diálogo, extinguir cualquier actitud de respeto y la capacidad de escuchar los argumentos de unos y otros.

En estas semanas, a raíz de la discusión de la reforma electoral, hemos presenciado declaraciones de quienes están a favor o en contra, con tonos beligerantes, como si se tratara de una guerra, y no del debate político en una democracia.

Cada día vemos en nuestro país expresiones más cercanas a las de la extrema derecha europea. La semana pasada la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, envió un mensaje a sus diputados con el siguiente texto: “Hoy la izquierda está acabada. Matadlos”. [1]   ¿Es esta la manera de promover una agenda legislativa, incitando al odio y la violencia?

En la sesión del jueves pasado en el INE, el representante de Morena, el diputado Mario Llergo, afirmó: “Esta batalla del pueblo contra su institución, en la cual no se claudicará, pues nunca más debe haber un INE que beneficie a unos cuantos a costa del pueblo. Su derrota es un hecho (la de Córdova y Murayama), y nosotros nos vamos a asegurar de que la vivan y de que la sientan. El pueblo y el cambio social de este país, la historia que hace el trabajo, primero borrarán su sonrisa y al final su memoria”. ¿Qué decir de esta grave e imprudente amenaza?

El sábado en la exitosa marcha del 18 de marzo, vimos actos lamentables de personas quemando una figura representando a la ministra Norma Piña. Afortunadamente la primera dama, la señora Beatriz Gutiérrez Müller, así como la senadora Olga Sánchez Cordero, emitieron mensajes claros en contra de estas actitudes.

Rumbo al 2024 a nadie le sirve que el ambiente político y social del país se deteriore. A quien menos le conviene es a la persona que gane la elección presidencial. Encauzar al país por una senda de mayor crecimiento, bienestar social y seguridad, requiere de una agenda nacional con el apoyo de una amplia coalición política y social. 

Es responsabilidad de quienes aspiran a la presidencia de la República cuidar nuestro andamiaje político con inteligencia, sensatez y respeto. Se puede debatir con argumentos fuertes, con visiones distintas de país, pero sin caer en la violencia verbal.

En la definición del Diccionario de la Real Academia Española, alguien sensato es “prudente, cuerdo, de buen juicio”; [2]  y el respeto es “tener consideración, deferencia.”[3]

Nuestra democracia, hoy más que nunca, necesita todo eso: prudencia, buen juicio, consideración y deferencia. No es exagerado decir que el mundo entero estará observando el proceso político mexicano, y más ahora con tanta atención por el nearshoring.  Demostremos que somos un país donde no aniquilamos a quienes piensan diferente.

[1] Mateo, Juan José, Ayuso, en un mensaje a los móviles de sus diputados en Madrid, El País, 16 de marzo de 2023.

[2] https://dle.rae.es/sensato?m=form

[3] https://dle.rae.es/respeto?m=form

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Julio es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, con maestría en políticas públicas de la Universidad de Georgetown.

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