El domingo 24 de marzo el programa “60 minutos” de la cadena CBS hizo un reportaje sobre el presidente López Obrador, y durante la presentación y el mismo reportaje, la corresponsal insistió en que el presidente mexicano tenía el poder de decidir si los estadounidenses elegirán en noviembre a Joe Biden o a Donald Trump.
La base para decir algo que parecería tan descabellado, está basado en un silogismo de lógica pura, de esos que enseñan en la prepa en México.
Los estadounidenses le tienen pavor a las hordas de inmigrantes que han invadido su frontera sur, ese miedo está asentado en dos cuestiones. Esos migrantes han venido por décadas a Estados Unidos y le han cambiado la cara y la cultura a Estados Unidos.
Muchos estadounidenses sueñan con tener un país poblado por gente blanca descendiente directa de europeos, a quienes consideran superiores a los mestizos latinoamericanos, y a los no blancos del resto del mundo.
Ese miedo ha sido explotado por Donald Trump a niveles extremos.
Tanta ha sido esa influencia que durante las elecciones primarias muchos votantes de Estados Unidos se dejaron manipular por el ex presidente, al grado de que la gente de lugares tan distantes de la frontera mexicana como Iowa, New Hampshire o incluso Michigan y Minnesota citaron a la inmigración ilegal que entra por la frontera sur, como su preocupación número uno. Eso llevó a muchos a decir que en noviembre votarían en contra de Biden y a favor de Trump.
Por eso el expresidente que conoce a fondo a su gente ha dicho cosas como la de que estos mestizos vienen a “envenenar" la sangre estadounidense... La gente que lo sigue entiende que Trump se refiere a la sangre de la “gente blanca".
Usted tiene que considerar que existe un miedo real en Estados Unidos de que tanta gente, que no es blanca pura siga llegando y que eso lleve a este país a caer de ser la primera potencia mundial a solo ser uno más de los países tercermundistas.
Muchos estadounidenses no lo pueden decir en público, por eso cuando Trump lo dice, se convierte en su aliado, en su esperanza y en su candidato.
La senadora republicana, Katie Britt Boyd, que a nombre del partido republicano respondió al informe sobre el estado de la Unión del Presidente Biden, y que durante su presentación trató de audicionar para ser la candidato vicepresidencial con Trump, dijo algo en su discurso que muchos estadounidenses entendieron claramente:
“... When we gaze upon the heavens, never forget that our DNA contains the same ingenuity that put man on the moon".
“... Cuando miremos hacia el cielo, nunca olvidemos que nuestro ADN contiene el mismo ingenio que llevó al hombre a la luna".
El discurso de la muy novata senadora fue tan exageradamente teatral que todo el país se burló de la forma en que el discurso fue presentado, y eso evito que muchos se fijaran en el fondo del mensaje. Usted se tiene que preguntarse si las expresiones tan extremadamente racistas dichas por la senadora no causaron indignación porque nadie les puso atención, o porque Trump ya nos acostumbró a escucharlas.
Usted ya conoce la profunda división que padece Estados Unidos y por eso la idea de evitar cambiarle la cara a este país para que sea tan racialmente menos diverso, como lo fue en los años 50's, es algo cuyo tiempo parece haber ya caducado hace muchos años.
Habiendo dicho lo anterior hay que recordar que estas cosas las creyeron más de 73 millones de estadounidenses que votaron por Trump en el 2020, y es muy posible que lo crean otra vez en las elecciones nacionales de este año.
México por su ubicación puede controlar los flujos de inmigrantes que llegan a su frontera con Estados Unidos. El presidente de México es el único con el poder de detener o dejar pasar a esos enormes grupos de migrantes, así el silogismo funcionaria más o menos diciendo:
----'La inmigración es mala para nuestro país. El que gane la elección presidencial decidirá si la inmigración sigue o es detenida. Joe Biden está a favor, Donald Trump está en contra. Así, el que regule la inmigración decidirá si Biden o Trump ganan la elección'.
Para algunos de mis amigos el programa “60 minutos" se dejó llevar por la superficialidad de lo que parece ser la lógica de la elección presidencial.
Para otros... “60 minutos" se quedó corto.
Usted decida:
En diciembre del 2023, el gobierno mexicano anunció que no tenía más dinero para seguir deportando y deteniendo a los inmigrantes de 61 países que usaban el territorio de la república mexicana para llegar a Estados Unidos.
Al mismo tiempo la patrulla fronteriza de EEUU daba la voz de alarma de que más de 300 mil migrantes habían rebasado toda su capacidad para controlar la frontera. Joe Biden llamó por teléfono a López Obrador y el 27 de diciembre envió a sus secretarios de estado y de seguridad nacional al Palacio Nacional en la Ciudad de México, para que en persona ambos convencieran al presidente mexicano de ayudar.
Dos días después el gobierno mexicano mágicamente encontró más dinero y las operaciones de contención y de deportación continuaron.
En “60 minutos" el presidente mexicano dice que le llamó a los lideres de Venezuela y de Cuba para que ellos también ayudaran. Lo que no dijo es que en la reunión con los secretarios estadounidenses en diciembre, y en sus conversaciones con el presidente Biden, el pidió como pago por el favor de contener la inmigración:
El fin del embargo a Cuba
El levantamiento de todas las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela
La legalización de unos 10 millones de inmigrantes no autorizados que viven en Estados Unidos
20,000 millones de dólares. para los países de Centroamérica.
Los críticos en Estados Unidos dicen que lo único que le faltó al presidente mexicano, fue también pedir un unicornio de colores.
En su defensa yo diaria que AMLO estaba negociando, y en el libro “El arte de negociar" Trump mismo dice que cuando se negocia hay que proponer lo mas posible.
Algo más que hay que decir es que los gobiernos mexicanos 'revolucionarios' de antes siempre ignoraron los problemas de los migrantes mexicanos en Estados Unidos y siempre se zafaron del bulto diciendo que esa era bronca interna de Estados Unidos. El presidente mexicano es el único que desde su primer día, no ha quitado el dedo del renglón.
Joe Biden, para diferenciarse de Trump abrió la frontera y ahora se da cuenta de que el mismo se causó la mayor bronca que tiene en las manos para reelegirse. Muchos se preguntan porque a pesar del trabajo de la DEA culpando a AMLO de consentir a los carteles y de culpar a México por las muertes causadas por el fentanilo, Biden es tan suave y tan amigable con el presidente mexicano. La respuesta es que si López Obrador le da la espalda y deja pasar a las hordas migrantes Biden perderá su reelección.
Temporalmente, AMLO está en control de la narrativa política más poderosa en Washington.
Y como decía Raúl Velasco... “Aún hay más"
En febrero el presidente Biden amenazó con cerrar la frontera y todos en México se asustaron. La realidad es que un cierre así le pegaría primero y más a Estados Unidos que a México.
Recuerde que las fábricas de electrodomésticos, autopartes y automóviles estadounidenses se han mudado a México y necesitan envíos diarios de repuestos.
México –no China– es ahora el mayor socio comercial de Estados Unidos, y los mercados estadounidenses dependen de México para obtener productos frescos y muchas otras cosas.
La relación económica ahora se hizo ya indisoluble. Aunque no hay que confiarse si Trump llega otra vez... el matrimonio va a necesitar que quien siga a AMLO en la silla, sepa tratar con alguien impredecible.
¿Qué pasará con el populismo mexicano?
Los votantes mexicanos también tendrán mucho que decir este año. El tradicional péndulo latinoamericano esta moviéndose a la derecha.
La ola populista dio paso a la derecha de Nayib Bukele en el Salvador y de Javier Milei en Argentina.
En México, si Morena gana el 2 de junio el populismo en México se afianzará por lo menos durante la próxima década. A los mexicanos nos gustan los políticos nacionalistas.
En Washington saben todo lo anterior y saben también que en México, una vez pasada una elección los presidentes salientes pierden poder con cada minuto. Es cierto que por hoy, López Obrador es crucial para Biden, pero lo único que no se detiene es el tiempo... y todo podría empezar a verse muy distinto en menos de tres meses.
Eso... le faltó decirlo a “60 minutos".