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Opinión

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Economía débil y bancos centrales

La Fed está preparada para aumentar o reducir el tamaño de su programa de compra de activos de acuerdo con las perspectivas del mercado de trabajo y la inflación.

Cuatro años después de que terminó la Gran Recesión en EU y de políticas de estímulo monetario sin precedentes, la debilidad de la demanda agregada es el principal factor de riesgo de la economía global. Los indicadores oportunos indican una desaceleración global del crecimiento económico en el periodo primavera-verano parecida al patrón de los últimos dos años. Hace una semana, el FMI revisó ligeramente a la baja su proyección de crecimiento de la economía mundial a 3.3% este año versus 3.5% estimado en enero. Estima que en el 2014 el crecimiento global repuntará a 4 por ciento.

Según el FMI, para este año y el 2014 las economías crecerán 1.9 y 3% en EU; 8 y 8.2% en China; -0.3 y 1.1% para la eurozona; 5.3 y 5.7% las economías emergentes; 3 y 4% en Brasil; 5.7 y 6.2% en India, y México 3.4 por ciento. La debilidad global de demanda presiona a la baja las tasas de inflación y los precios de las mercancías básicas. La inflación de las economías desarrolladas se estima sea 1.7% en el 2013, debajo de la meta de 2% de los bancos centrales de estas economías y aumentará a 2% en el 2014. En el caso de la economías emergentes, la inflación proyectada es de 5.9% en el 2013 y 5.6% en el 2014. Los índices mundiales de precios de la energía y otras mercancías básicas caerán 2.3 y 0.9% este año, y 4.9% el próximo.

Ayer, la Fed mantuvo por votación de 11 contra uno la política de expansión cuantitativa (QE3) adoptada el año pasado. La Fed continuará comprando mensualmente a los mercados 85,000 millones de dólares de bonos hipotecarios y del Tesoro para presionar a la baja las tasas de interés de largo plazo, y podría utilizar otros instrumentos si fuera necesario, hasta que materialice una reducción sustancial del desempleo con estabilidad de precios. La tasa de interés de política seguirá en el rango 0-0.25%, mientras la tasa de desempleo será mayor a 6.5% o la inflación proyectada entre uno y dos años no supere 2.5 por ciento.

Este anuncio es congruente con el doble mandato de la Fed: máximo empleo y estabilidad de precios. La tasa de desempleo actual (7.6%) es muy elevada y la inflación de apenas 1% en marzo, demasiado baja, en el contexto de una economía frenada por una política fiscal restrictiva en EU y la débil demanda global. Quizá sea necesario que en los próximos meses la Fed aumente el tamaño de la compra de activos y/o introducir otros estímulos, tal vez la reducción a cero de la tasa de interés de 0.25% que paga a las reservas de los bancos comerciales.

Hoy, será el turno del Banco Central Europeo (BCE). A pesar de que últimamente ha mejorado las condiciones financieras, la economía no muestra signos de recuperación. La economía está y continuará en recesión este año. Estimo que en el primer trimestre la economía se redujo 2% a tasa anual, la tasa de desempleo se elevó a 11.7%, y la tasa de inflación de la zona habría caído a 1.3% en abril versus la meta de un nivel inferior pero cercano a 2 por ciento. Se espera que el BCE reduzca 0.25% su tasa de redescuento a 0.5%; pienso que esto no ayudará mucho a estas economías a superar la recesión. Uno de los grandes problemas de estas economías es la falta de crédito, especialmente para las pymes.

La eurozona requiere de un banco central mucho más agresivo, al estilo de la Fed y de la nueva política del Banco de Japón. Urge que el BCE alivie la restricción crediticia.

rfeliz@eleconomista.com.mx

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