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Opinión

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El combate al cambio climático, un compromiso empresarial

El cambio climático es, sin duda, el mayor desafío de nuestro tiempo, desde los fenómenos meteorológicos que amenazan la producción de alimentos, hasta el aumento del nivel del mar, que incrementa el riesgo de inundaciones catastróficas, los efectos que tiene son de alcance mundial y de una escala sin precedentes. Si no se toman medidas drásticas desde hoy será más difícil y costoso adaptarse a estos efectos en el futuro.

La ONU, a través del informe “Pérdidas económicas, pobreza y desastres 1998-2017”, advierte sobre el nexo que existe entre el cambio climático y la mayor asiduidad de desastres naturales, el impacto de estos fenómenos en la economía de los países y cómo perjudica principalmente a las naciones más pobres. El informe destaca que los fenómenos meteorológicos extremos representan en la actualidad 77% del total de las pérdidas económicas o 2.24 miles de millones de dólares. Esta cifra representa un aumento considerable de 151% en comparación con las pérdidas registradas entre 1978 y 1997, que ascendieron a 895,000 millones de dólares.

Los datos alarmantes y las consecuencias sin precedentes son una llamada de atención para todos. Afortunadamente, también hay un estado de alerta en las juntas directivas y asociaciones empresariales y cada vez más líderes de diversos sectores reconocen la necesidad de implementar mecanismos para revertir el cambio climático y trabajar de manera conjunta frente a los desafíos que frenan el progreso.

Frenar el cambio climático no es una acción que se pueda lograr en solitario. Debe existir una acción colectiva, en la que distintos sectores de la sociedad unan esfuerzos para lograr nuevas formas de pensar que nos permitan mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional en relación con el cambio climático.

Desde el sector privado, la responsabilidad es mayor, ya que las empresas tienen la capacidad de realizar inversiones en materia de innovación y tecnología que pueden conducir a un modelo de desarrollo basado en la sustentabilidad, esto ayuda a reducir emisiones de carbono, aprovechar los recursos y evitar el desperdicio.

Un modelo de producción sustentable no sólo permite a las empresas realizar un aporte directo, sino que les brinda la oportunidad de reducir costos, mejorar la imagen frente a los grupos de interés, aumentar la confianza y credibilidad, así como la competitividad al sumarse a las nuevas tendencias.

Unilever es una de las empresas que está trabajando en este tema, por ello, en el 2010, lanzamos nuestro Plan de Vida Sustentable, una iniciativa que tiene como uno de sus objetivos reducir a la mitad el impacto ambiental de nuestras operaciones y productos, a través de iniciativas innovadoras y que impulsen el crecimiento del negocio. Este marco de acción nos ha permitido reducir las emisiones de carbono y la cantidad de agua empleada en nuestras plantas. De la energía eléctrica que empleamos en nuestras operaciones, 100% proviene de fuentes renovables, lo que se traduce en menores costos y mayor crecimiento. Esto es sólo una muestra de que un modelo de negocios basado en la sustentabilidad es redituable y puede generar resultados positivos a las organizaciones.

De ahí que diversas compañías estén ajustando sus operaciones para enfrentar y anticiparse a las amenazas y desafíos que podría generar el cambio climático, lo cual implica cambiar procesos, prácticas o bien migrar a una producción más responsable que además satisfaga las necesidades del consumidor actual, el cual cada vez da un mayor peso al fomento de un estilo de vida sustentable, mismo que se refleja en sus decisiones de compra, privilegiando en muchas ocasiones aquellos productos o marcas sustentables. De acuerdo con datos de Berkeley Haas, nueve de cada 10 Millennials están dispuestos a cambiar a una marca con propósito, mientras que datos de Nielsen señalan que 66% de los consumidores estaría dispuesto a pagar más por un producto o servicio sustentable.

En este escenario, ser una empresa responsable con buenas prácticas dirigidas al medio ambiente no solamente otorga un valor agregado a un producto o a una marca, sino que se vuelve un indicador de estabilidad financiera a largo plazo, de rentabilidad y de compromiso con la comunidad.

Por ello, la sustentabilidad no debería ser vista como una obligación, sino como una importante oportunidad de negocio y como un proyecto de inversión a largo plazo que, como empresarios, nos permite forjar un futuro mejor para nuestras organizaciones, nuestras familias, consumidores y, por supuesto, para nuestro planeta.

*Presidente de Unilever México & Caribe. Fuentes consultadas: (1). ONU Noticias: https://news.un.org/es story/2018/10/1443432. (2). Berkeley Haas: https://cmr.berkeley.edu/blog/2017/1/millennials-and-csr/#fn11 (3). Nielsen: https://www.nielsen.com/content/dam/nielsenglobal/co/docs/Reports/2015/global-sustainability-report.pdf

Twitter: @Unilever

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