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El efecto de las tasas de interés negativas
¿Qué le parecería si le ofrecieran una gran oportunidad de inversión con riesgo mínimo (garantizada por el gobierno de un país desarrollado)? Podría ser en euros, francos suizos, coronas suecas o danesas o también en yenes japoneses. El plazo podría ser desde un mes hasta 10 años. Usted invierte hoy y al vencimiento recibirá menos dinero del que invirtió; la tasa de interés será de -0.75 por ciento. ¿Tomaría esta gran oportunidad?
Quizá el primer ejemplo no sea interesante. El sentido común diría que es mejor guardar el dinero bajo el colchón. Hay otro ejemplo mejor. En el supuesto de que una persona pidiera un préstamo hipotecario, con cada pago mensual su deuda va disminuyendo, no tiene que pagar intereses y además el banco se conforma con cobrarle menos de lo que inicialmente le prestó; tasa de interés, -0.50 por ciento. ¿Tomaría esta oportunidad?
Ambas operaciones están disponibles en la actualidad, y por sorprendente que sea para la primera hay inversionistas y para la segunda hay bancos que la ofrecen.
A pesar de lo inusual que esto pueda ser, las tasas de interés negativas no son desconocidas para los mercados financieros. Hace algunos años, después de la crisis subprime, como se conoce la crisis hipotecaria del 2007 extendida inicialmente por los mercados financieros de Estados Unidos, se presentó un entorno económico que guarda ciertas similitudes con lo que sucede actualmente.
¿A qué se debe este fenómeno? El entorno actual está caracterizado por datos económicos a la baja que presagian el fin de un ciclo de crecimiento y el inicio de una etapa recesiva. Al mismo tiempo, los eventos políticos como el Brexit y la guerra comercial Estados Unidos-China generan un clima de incertidumbre. Debido a esto, los bancos centrales de varios países han comenzado a tomar medidas para dinamizar la economía, principalmente mediante la disminución de tasas de interés. Por su parte, los inversionistas han buscado fuentes de inversión más seguras. Tal es el caso de los bonos soberanos de países desarrollados, que hoy en día ofrecen rendimientos negativos.
¿Cuál es el beneficio que un inversionista espera recibir al invertir con tasas negativas? Tal pareciera que una inversión a tasas negativas no tiene sentido, pero las emisiones de bonos soberanos siguen teniendo demanda, y esto se debe a que los inversionistas creen que las tasas bajarán aún más y podrán beneficiarse de una apreciación del precio del bono en un futuro. ¿Será que lo que se quiere decir es que la crisis apenas comienza?
¿Qué se puede esperar con un entorno de tasas negativas? Mientras los datos económicos no mejoren, se espera que los bancos centrales sigan tomando acciones para suavizar los efectos de un ciclo a la baja. Si las medidas de tasas negativas no muestran los resultados esperados, como hasta ahora, se esperan nuevos programas que aumenten la liquidez del mercado y alienten la economía.
¿Y en México, cómo afectan las tasas de interés negativas? Los niveles actuales de rendimiento de los bonos soberanos mexicanos están en niveles muy por encima de los países desarrollados. De hecho, México es el país con mayor tasa real del mundo. Lo que puede generar este entorno es que flujos de inversionistas financieros extranjeros entren al país y aumente el precio de los bonos locales. Este efecto abre la posibilidad de un aumento significativo en las tasas de interés cuando estos inversionistas temporales se quieran ir. Estar informados del comportamiento de los mercados, tanto locales como internacionales, hace que las personas logren incrementar el conocimiento de sus finanzas y a su vez del patrimonio, sin importar qué clase de ahorradores sean.
El autor es VP de Productos Estructurados en BBVA Asset Management.