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El otro Culiacanazo
Alejados de las reyertas político-partidistas, los tomadores de decisiones en los estados del llamado Triángulo Dorado estaban al pendiente de los movimientos de las fuerzas federales. Informantes de primer nivel del gobierno federal hablaban —a mediados del pasado diciembre— de una decisión inapelable: la inminente extradición de uno de los seis “objetivos prioritarios” señalados por las autoridades estadounidenses.
La evasión de 30 reos de alta peligrosidad del Cereso de Ciudad Juárez, Chihuahua —entre ellos Ernesto Piñón, el Neto— debió ser un signo indubitable del estado de alerta, en las entidades del norte del país. La reciente reubicación de prisiones del penal de Cieneguillas, Zacatecas, busca prevenir otra ofensiva de las bandas criminales.
El relevo en la Novena Zona Militar —donde el general brigadier Alfredo Salgado Vargas tomó el mando, tras la salida del general Héctor Ávila Alcocer— ha sido interpretada como otro indicio de una acción inminente en Sinaloa.
El “operativo estratégico” a las afueras de Culiacán para detener a Ovidio Guzmán, a cuatro días del arribo de los presidentes de Estados Unidos y Canadá a México, involucró a efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional. El gobernador Rubén Rocha Moya no fue informado del operativo hasta que estuvo en curso y solo fue requerido el apoyo de la policía estatal como coadyuvante en el resguardo de instalaciones estratégicas y la protección de la población civil.
La captura del líder de Los Menores, definió el general secretario Luis Crescencio Sandoval, es “un golpe contundente a la cúpula de poder del Cártel del Pacífico” pero dejó una escalada violenta, con medio centenar de bloqueos en distintas vialidades y agresiones armadas en el aeropuerto y la base aérea militar. Culiacán, Mazatlán y Los Mochis ayer fueron ciudades fantasma, incomunicadas con el resto del país por vía aérea y terrestre. Hubo balazos. ¿Se acabaron los abrazos?
Sin precisar sobre el número de bajas, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, llamó a la población de aquellas ciudades a evitar la difusión de información sobre los sucesos. “Son momentos de estar unidos, sociedad y gobierno… no venimos a ganar una guerra. Venimos a construir la paz”, insistió.
¿Fake news? Hubo manipulaciones burdas —como los cazas que supuestamente escoltaban al avión que transportó al hijo del Chapo Guzmán Loera a la CDMX— pero las imágenes del Barret .50 que trataba de inutilizar a un helicóptero, o de las barricadas en las carreteras en distintos puntos de Nayarit y Sinaloa, circularon profusamente en las redes sociales.
La tensión se trasladó a la capital de la República, donde por la tarde fueron recibidos avisos sobre “inminentes acciones de represalia” que obligaron a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad a la activación de los protocolos de seguridad.
Efectos secundarios
PROPUESTA. La vorágine informativa sobre los sucesos en Culiacán eclipsó la confirmación de la candidatura de Omar Mejía Castelazo a la Junta de Gobierno del Banco de México. En caso de que su nominación fuera avalada por el Senado de la República, sería el segundo funcionario de la Tesorería de la Federación que llega al órgano autónomo en este sexenio. Su exjefa, Galia Borja Gómez, es la precedente. Y junto con la actual gobernadora, Victoria Rodríguez Ceja —quien fue subsecretaria de Hacienda—, completarían la tercia de funcionarios de la Cuarta Transformación que ha llegado a Banxico.
PREVISIONES. En tres ocasiones, el pleno del INAI ha tenido que recurrir a medidas extraordinarias para garantizar el cumplimiento de sus obligaciones legales ante las omisiones legislativas en el nombramiento de los comisionados. La ley establece que las sesiones del pleno serán válidas con la asistencia de cuando menos cinco comisionados, incluyendo al comisionado presidente. Y por eso, el llamado de los integrantes del órgano autónomo al Senado de la República para nombrar a los dos comisionados faltantes, ante la cercanía de la salida de Francisco Javier Acuña Llamas. “El tiempo apremia”, definió la presidenta, Blanca Lilia Ibarra.