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Opinión

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Elecciones presidenciales en la República Dominicana

Después de las elecciones celebradas en Argentina, cuya segunda vuelta electoral se realizó en noviembre del año pasado y le dieron el triunfo al ultraderechista Javier Milei, a lo largo del 2024, el Continente Americano tiene un calendario electoral excepcionalmente intenso con comicios generales en varios países, entre ellos El Salvador, Panamá, República Dominicana, México, Venezuela, Uruguay y Estados Unidos de América. Todos estos procesos electorales pueden reconfigurar el panorama político de la región y de ahí su importancia.

El pasado mes de febrero, Nayib Bukele fue electo nuevamente presidente de El Salvador, después de un cuestionado fallo de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que posibilitó su reelección, la cual estaba expresamente prohibida en la Constitución salvadoreña. Apenas el domingo 5 de mayo en curso, en una inédita y compleja elección presidencial, José Raúl Mulino fue electo presidente de Panamá, al sustituir de último momento como candidato presidencial a Ricardo Martinelli, quien previamente había sido inhabilitado por la Corte Suprema de Justicia de ese país por una condena de diez años por lavado de dinero.

La República Dominicana se prepara para un evento crucial en su calendario democrático: las elecciones generales del próximo domingo 19 de mayo. Este evento no es solo una repetición de un proceso cíclico, sino que se anticipa como uno de los más significativos en la historia reciente de ese país caribeño.

Según datos de la Junta Central Electoral dominicana (JCE), este proceso electoral promete ser histórico en términos de participación. Se espera que cerca de 7’281,763 votantes en el territorio nacional y 863,785 dominicanos residentes en el extranjero ejerzan su derecho al voto, sumando un total de 8’145,548 posibles electores. Estas cifras no solo subrayan el crecimiento en el padrón electoral, sino también el interés y la participación de la diáspora dominicana en los procesos electorales.

En esta ocasión, participarán en los comicios presidenciales nueve candidatos, de los cuales dos son mujeres. De acuerdo con la legislación electoral dominicana, para obtener el triunfo el ganador requiere más del 50% de los sufragios en primera vuelta, de lo contrario los dos aspirantes con mayor porcentaje de votos pasarían a una segunda ronda electoral. Los tres principales candidatos presidenciales son los siguientes:

  • Luis Abinader Corona (56 años), candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM). Desde el 16 de agosto de 2020 es el Presidente de la Repúblca Dominicana y actualmente busca reelegirse para un segundo mandato de cuatro años. Es el primer mandatario dominicano nacido después de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961).
  • Leonel Fernández Reyna (70 años), candidato del Partido Fuerza del Pueblo (FP). Ex Presidente de la República Dominicana en tres ocasiones 1990-1996, 2004-2008 y 2008- 2012. Fue Presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLN) entre el 2001 y 2019, organización política a la que perteneció desde sus inicios como discípulo del Profesor Juan Bosch. Desde el 2000, es fundador y presidente de la reconocida Fundación Global y Desarrollo (FUNGLODE).
  • Abel Martínez Durán (52 años), candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLN). Fue presidente de la Cámara de Diputados de la República Dominicana (2010-2016) y Alcalde de la ciudad de Santiago de los Caballeros entre 2016-2020 y reelecto hasta el 2024.

De acuerdo con todas las encuestas realizadas hasta ahora, entre ellas Mark Penn/Stawell/Noticias Sin y Gallup-RCCMedia, el ambiente político de cara a las elecciones de 2024 está marcado por un claro favoritismo hacia el actual presidente Luis Abinader, quien lidera las preferencias electorales con una significativa ventaja de más de 30 puntos sobre sus principales adversarios. Inclusive, los sondeos más recientes sugieren que Abinader podría obtener la reelección en la primera vuelta, dado su alto porcentaje de intención de voto que supera el 50% necesario para evitar una segunda vuelta.

Los principales oponentes incluyen al ex presidente Leonel Fernández de Fuerza del Pueblo (FP) y Abel Martínez del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quienes tienen un apoyo estimado del 24% y 12%, respectivamente en las intenciones de voto. Según las encuestadoras, el 70% de los electores consultados ya tiene su voto definido y no tiene previsto modificar su decisión. 

Este panorama electoral dibuja un escenario donde el actual Presidente Abinader parece encaminarse hacia una victoria relativamente cómoda, apoyado en una gestión gubernamental que, hasta ahora, ha recibido una aprobación mayoritaria del electorado que se inclina por la continuidad. A lo anterior se agrega el abrumador triunfo obtenido por el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) en las elecciones municipales del pasado 28 de febrero, en las que de un total de158 alcaldías en disputa, 121 municipios los ganaron sus candidatos.

Es importante destacar que, de acuerdo con el Banco Mundial, durante el 2023, el crecimiento económico (PIB) de la República Dominicana fue del 2.5%, por encima del crecimiento promedio de América Latina que se ubicó en 2.2%. No obstante ello, de obtener la reelección, Abinader deberá enfrentar varios problemas que demanda la sociedad dominicana y que tienen que ver con la seguridad ciudadana, el alto costo de la vida, el desempleo y la corrupción endémica.

A lo anterior, se suma otro grave problema que históricamente ha estado presente en la relación fronteriza entre la República Dominicana y Haití, dos países que comparten la isla La Española que tiene una extensión geográfica de 76,261 km2 y con una frontera comun de 390 kilómetros. Si bien en el territorio que ocupa la República Dominicana es de 48,442 km2, su población es de alrededor de 11 millones de habitantes. En tanto que la extensión del territorio de Haití es de apenas 27,755 km2, pero su población supera los 11.5 millones de habitantes.

Debido a la severa crisis de gobernabilidad que vive Haití desde hace algunos años y al desvío del Río fronterizo Masacre, conocido también como Dajabón, por parte de las autoridades haitianas, en septiembre del año pasado, el gobierno dominicano decidió cerrar la frontera entre ambos países, a fin de tratar de controlar  los crecientes flujos de migración haitiana. Como podía preverse, esta decisión ha impactado negativamente las relaciones bilaterales, incluyendo los intercambios comerciales que son significativos para ambos países. Por ello, se espera que este sensible problema sea una de las prioridades del próximo gobierno dominicano.

*El autor es embajador de México en retiro y miembro de la Unidad de Estudio y Reflexión para América Latina y el Caribe del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI). Fue Embajador de México en la República Dominicana del 2011 al 2015.    

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