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Este fin de año haz una revisión de tus finanzas personales
Cada cierto tiempo es importante evaluar cómo vamos. Algunos aspectos de nuestras finanzas personales se deben revisar de manera más frecuente, como por ejemplo la evolución de nuestro patrimonio. Otros no lo requieren, como quizá nuestro testamento, aunque siempre recomiendo revisitar todo una vez al año, para asegurarnos que todo está bien.
He visto gente que tenía un seguro de vida, se divorció, se casó de nuevo y nunca actualizó al beneficiario del mismo. También personas que alguna vez hicieron un testamento pero que nunca lo adaptaron a sus nuevas necesidades. Desde luego, idealmente cada vez que cambia nuestra vida deberíamos modificar estos documentos, pero mucha gente lo olvida. Por eso es bueno tomar como rutina revisarlos cada año, aún cuando parezca que nada cambió.
Particularmente me gusta hacerlo a fin de año porque suele verse como el final de un ciclo. Mucha gente hace un alto en el camino, reflexiona sobre lo que logró y lo que se quedó sólo en una buena intención. Algunos aprovechamos la oportunidad para revisar nuestros errores, qué pudimos hacer mejor y aprender de ellos. Es la única forma de evolucionar y de mejorar hacia el futuro.
Ahora bien, vale la pena recordar que las finanzas personales son sólo un aspecto de nuestro plan de vida, pero uno que es fundamental, porque nos dan las herramientas para alcanzar aquello que es más importante para nosotros. Como sabemos, todo cuesta dinero: la salud, la comida, el transporte, las oportunidades y hasta un lugar para vivir. Por eso es importante saber manejarlo y dirigirlo hacia nuestras prioridades.
Así que lo primero que tenemos que revisar es precisamente cuáles son esas prioridades, porque también van evolucionando a lo largo de la vida. Una persona soltera que acaba de empezar la universidad, tiene prioridades diferentes que alguien que acaba de tener a su primer hijo. Pero incluso personas que están pasando momentos de vida similares, pueden tener prioridades distintas.
¿Cuáles son las tuyas y qué lejos estás de ellas?
Es importante mencionar que muchas veces las personas confundimos nuestras prioridades y dejamos de lado cosas fundamentales e inevitables, como el retiro, por satisfactores más inmediatos, como la compra de un auto nuevo o del celular que acaba de salir y tiene una cámara genial.
Tenemos que tener entonces cuidado y hacer un ejercicio consciente de qué es en verdad lo más importante para nosotros. Porque si no, estaremos dirigiendo nuestro dinero hacia metas equivocadas y estaremos dejando de lado lo que es en realidad valioso.
Particularmente pienso que el retiro tendría que ser una prioridad para todos, porque tarde o temprano vamos a llegar a una edad en la que ya no podamos trabajar, o no tengamos la posibilidad de hacerlo.
En México la edad de retiro es a los 65 años, pero en otros países es un poco más tarde. A esa edad es probable que podamos vivir muchos años más. ¿De qué vamos a vivir? ¿Cuánto tendrías que ahorrar para conservar tu nivel de vida sin recibir ingresos durante todo este tiempo? La respuesta muy probablemente te sorprenda: es un número bastante grande. La única manera de alcanzarlo es con un ahorro constante, bien invertido, durante muchos años, para que tenga tiempo de crecer en términos reales. Si uno lo pospone, costará más trabajo.
Todavía no conozco a nadie que no me haya dicho: “ojalá hubiera empezado a ahorrar antes”. Cuando somos jóvenes parece que lo que nos sobra es tiempo, vemos el retiro como algo lejano y siempre hay cosas que nos parecen más importantes.