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Fentanilo mexicano a Estados Unidos, ahora desde Canadá
Cuando los estadounidenses hablan de Canadá se ríen y dicen que es como su país… pero en domingo. A mí me hace gracia el comentario, pero no me río, porque honestamente no es verdad. El sur de Canadá se parece muchísimo al norte de EE. UU. pero trate usted de comparar Saskatchewan, o British Columbia con Atlanta o con Texas, porque no son similares.
Esas diferencias que dieron lugar a los chistes y las burlas del pasado desgraciadamente se están borrando.
Canadá, hoy se empieza a parecer muchísimo a Estados Unidos y es algo que lamentar, porque la similitud es en el aumento de muertes por sobredosis de Fentanilo.
Omar Dabaghi-Pacheco, un periodista canadiense con una ilustre carrera en la televisión y la radio canadiense, presentó en la CBC un documental tomado en las calles de Ottawa, la capital política de su país.
El documental me gustó mucho porque yo cubro otra capital política, y le encuentro similitud a lo que yo veo en las calles de Washington DC.
Omar escribe, son las 10:45 a. m. de un martes en el centro de Ottawa:
“Hay un hombre convulsionándose en Rideau Street y una pequeña multitud se reúne para ayudarlo mientras otros simplemente siguen caminando.
Hay otro hombre que observa cómo se desarrolla esta escena mientras el mismo se inyecta en la pierna. Lo hace apresuradamente porque el sonido de las sirenas se acerca.
Es una escena que se desarrolla repetidamente en Ottawa y en todo el país.
Los usuarios de las drogas ilegales que viven en la calle ven a sus compañeros morir de esta manera casi todos los días. Los trabajadores de primera línea culpan a un suministro cada vez más tóxico”…
Si, obviamente Omar habla del fentanilo, de la peste que está matando gente en el mundo entero.
Con esto usted adivina que hay un tercer país involucrado en todo esto, el tercero de “Los Tres Amigos” es México.
Casualmente también el socio al que los otros dos culpan de meter fentanilo en cantidades industriales a sus países.
Por eso es significativo que, en una visita apoyada por el gobierno de Estados Unidos, un grupo de expertos mexicanos haya visitado la semana pasada la provincia canadiense de Columbia Británica. Fueron para discutir formas de responder a las muertes rampantes por opioides, que ahora ya se ven en los tres países.
Si, ya en México hay muertes por Fentanilo también
Lo curioso es que en México nadie parece estar escandalizado por esta situación, y por eso la prensa parece ignorarlo. Y usted tiene que preguntarse si las elecciones y los debates presidenciales y si el que los estudiantes de la UNAM copien las manifestaciones de las universidades estadounidenses, son noticias más importantes que el número de muertos por sobredosis de una droga cuya base más importante de distribución es nuestro país.
Usted tiene que preguntarse también si el silencio en México acerca de este reto enorme se debe a que el gobierno niega sin ninguna vergüenza que el abuso del fentanilo se esté extendiendo más allá de su frontera. La cereza en el pastel es que se afirme que el problema es exclusivo de los dos vecinos del norte.
La otra parte es que quizás también, hoy al principio del mes de mayo del 2024, la alarma sobre la propagación del fentanilo está arraigada en la forma en que Canadá y Estados Unidos hablan sobre la crisis de los opioides. Que es distinto a lo que ocurre en México.
Los débiles esfuerzos de detección, en entornos de salud pública en nuestro país, que ocurren durante las investigaciones de muertes por drogas, han significado que el alcance del fentanilo en México sea en gran medida una cuestión abierta.
El 23 de abril en la ciudad de México, Felipe de Jesús Gallo, Titular de la Agencia de Investigación Criminal, Maestro en Criminología con mención honorífica por la Universidad Autónoma de Nuevo León y abogado por la Universidad de Guadalajara, dijo algo que dejó a mucha gente con la boca abierta en México y fuera de México también.
El maestro Gallo afirmó:
"México se ha convertido en el campeón en la producción de metanfetaminas, y ahora también de fentanilo.
La contundente admisión, se produjo cuando funcionarios estadounidenses pidieron un enfoque en conjunto "más ágil" para combatir el tráfico de drogas por parte de los poderosos cárteles mexicanos.
Aquí déjeme decirles queridos lectores que simpatizo completamente con ustedes. Me cuesta mucho trabajo creer lo que estoy escribiendo, y al hacerlo sé que, para ustedes, es también difícil creerlo.
Imagínense el shock para los canadienses.
En octubre, en una propiedad rural a una hora de Vancouver, la policía canadiense encontró 2.5 millones de dosis de fentanilo y 528 galones de productos químicos que estaban en un contenedor de envío dentro de una unidad de almacenamiento. Si, los criminales canadienses, ya son socios de los carteles mexicanos y ahora su objetivo común es traer fentanilo desde Canadá a los Estados Unidos.
Por eso también, a miles de kilómetros de distancia, en las afueras de Toronto, la policía encontró en agosto del 2023 lo que se cree que es el laboratorio de fentanilo más grande hasta ahora descubierto en Canadá. Estaba escondido en una propiedad a 30 millas del cruce fronterizo de Estados Unidos cerca de las mismas Cataratas del Niágara, que hacen frontera con el estado de Nueva York, este es un sitio muy turístico. Esto parece “Modus Operandi” los carteles esconden sus laboratorios a plena vista.
Los carteles ahora reciben en Canadá los precursores químicos desde China, para fabricar fentanilo en Canadá y meterlo a EU por la frontera más extensa y menos vigilada del mundo.
Los investigadores canadienses confirman que los laboratorios están produciendo fentanilo para usuarios domésticos y para exportar a Estados Unidos y ahora a Australia y Nueva Zelanda también.
Los canadienses no saben qué más hacer. Ellos se dan cuenta que, hasta ahora las autoridades estadounidenses, cuya misión es combatir el fentanilo, se han centrado y concentrado en la frontera sur con México.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. desde el 2019, instaló potentes equipos de escaneo y detección de fentanilo y otras drogas ilegales, a un gasto de más de $800 millones de dólares, en los cruces fronterizos terrestres con México.
Se da usted cuenta, toda esa tecnología se ha implementado a lo largo de la frontera sur de EE. UU., donde CBP, (Customs and Border Protection) o sea, la patrulla fronteriza, confiscó casi 27,000 libras de fentanilo durante el año fiscal que terminó el 30 de septiembre, que por cierto fue la mayor cantidad jamás decomisada.
Por eso también, la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley de la Embajada de Estados Unidos en México organizó a una docena de científicos forenses, investigadores médicos y trabajadores gubernamentales mexicanos para que, en Vancouver y Victoria, vieran de cerca cómo las agencias canadienses están respondiendo al suministro de drogas tóxicas.
Los científicos mexicanos, que se quejan de no tener apoyo en dinero para aumentar sus investigaciones en México, fueron llevados a ver como un laboratorio canadiense, enumeraba las capacidades del “software” para el análisis de drogas ilegales que está desarrollando el gobierno de la provincia de British Columbia. Esa unidad es capaz de generar resultados de pruebas de fentanilo y otras drogas en menos de 30 minutos.
El grupo de mexicanos visitó varios sitios donde los consumidores de drogas reciben servicios. Y se quedaron con el ojo cuadrado al ver los puestos que Canadá está instalando para permitir que los adictos se inyecten drogas ilícitas bajo la supervisión de personal de atención médica.
Los técnicos y expertos mexicanos tuvieron también reuniones de grupo sobre cómo ofrecer asesoramiento en las farmacias que dispensan medicamentos terapéuticos para pacientes que padecen múltiples trastornos por consumo de opioides.
Estados Unidos se da cuenta de que el peligro del Fentanilo sigue creciendo, sigue complicándose, y sigue diversificándose. Ahora México y Canadá tienen también que encontrarse frente a frente y cara a cara con la pesadilla del fentanilo en el medio.