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Opinión

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Frente amplio

Cuando una formación política se convierte en hegemónica y su proyecto de país se basa en una sola visión de la realidad sin respetar las normas democráticas de la competencia electoral, entonces todo el resto de las diferencias existentes entre los partidos opositores pasan a un segundo término y se agrupan en torno a un objetivo común: recuperar las instituciones de un régimen democrático y evitar la concentración del poder en una sola persona.

La polarización impulsada desde la tribuna presidencial y la imposición de una única versión legítima del tipo de país a construir, han llevado a un segmento significativo de la ciudadanía a intentar armar una opción que compita contra el bloque dominante morenista y le arrebate no solamente el poder, sino también la narrativa de lo que hay que hacer para sacar a México del atraso y la pobreza.

Para ello es fundamental primero, desechar las ambiciones personales y partidistas y segundo, generar la percepción de que es posible vencer a un adversario que cuenta con recursos, poder y un alto grado de aceptación en distintos sectores sociales. La suma de tres partidos unidos en este objetivo: PAN-PRI-PRD no alcanza por sí misma a superar al aparato de López Obrador y sus partidos afiliados a la 4T. Se trata de construir un momento político–electoral que revierta la sensación de invencibilidad latente en esos momentos tanto en el sector gobiernista como en la oposición.

En los partidos de la alianza Va por México se siguen haciendo cálculos alegres con respecto a la viabilidad de obtener triunfos locales y regionales sin considerar el peso de la figura de AMLO que, sin estar en la boleta, participará más allá de lo que la ley le permite, confiando en que este INE no lo sacará de la jugada ni a él ni a su eventual candidato. En este sentido la convocatoria opositora para el próximo 26 de junio tendrá que elegir métodos de elección de candidatos pero quizás lo más importante, la manera en la que un Frente Amplio Opositor puede presentarse como alternativa ganadora.

Candidato, propuesta de gobierno basada en la necesidad de recuperar la democracia extraviada en este sexenio y un planteamiento sobre seguridad que llegue a las fibras del electorado, delinearán la ruta a seguir para los próximos meses. El principio de: sí se puede, más un movimiento ciudadano unitario delante de los partidos y no atrás de ellos, abriría  el camino a una elección competitiva para el 2024.

De lo contrario con una apuesta eminentemente partidista y un partido como MC obcecado con una absurda tercera opción que juega a favor del oficialismo, el terreno estará allanado para que la 4T se mantenga en el poder y la democracia mexicana desaparezca.

Ezra Shabot Askenazi es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Analista político y catedrático universitario con 22 años de trayectoria en la UNAM. Como académico ha sido jefe del Departamento de Ciencias Sociales y Jefe de Planeación Académica en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

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