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Opinión

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Inversiones en capital humano

Diversos estudios internacionales reconocen que invertir en educación, ciencia y tecnología, innovaciones, produce beneficios de tres veces más que hacerlo en capital físico. Aumenta la productividad de los factores que intervienen en los procesos productivos.

Existe una articulación entre educación, desarrollo y equidad. La educación es el elemento esencial porque los cambios que sufre el sistema de producción exige capacidad de adaptación. El mayor valor se encuentra en la inteligencia y la imaginación, es la encarnación de lo inmaterial. El saber individual cuenta más que el tiempo de la máquina. El hombre lleva en su saber su propio capital y aporta una parte a los procesos productivos.

La inversión en capital humano no solo es cuestión de equidad, sino también cultural. Una población educada permite entender los manuales de procedimientos para la instrumentación tecnológica y asimilar los procesos de informatización de la sociedad.

La imagen internacional más nítida en el espejo de la eficiencia educativa en el avance económico es Corea del Sur, que realizó un esfuerzo educativo importante a través del gasto público, eliminando completamente el analfabetismo y elevando sustancialmente el nivel promedio de la educación. En el año 2022 el número de alumnos fue 60 veces superior al de 1945 mientras que el de universitarios fue de más de 150 veces. En Corea del Sur el gobierno y el sector privado han gastado en investigación lo mismo que suma el PIB de México. Es uno de los 10 líderes globales en innovación, protagonista de la competencia internacional de alta tecnología. Asimismo, es el país número 14 por el tamaño de su PIB en la escala mundial, superior a los niveles que tienen México o Turquía.

En México necesitamos elevar el gasto educativo, científico y tecnológico, independientemente de quién lo realice. La elevación de la calidad de los bienes públicos como son la educación, la salud, la seguridad y los servicios de justicia son los instrumentos privilegiados de la movilidad social.

Con todo, el desarrollo económico y social se construye como una telaraña, compuesta por cuatro hilos que son: 1) Una macroeconomía estable, lo que significa una inflación baja, estímulos al ahorro y a la inversión, tipo de cambio adecuado, 2) Una microeconomía competitiva que fortalece el desarrollo productivo, capacitación, difusión tecnológica, infraestructura, ventajas competitivas, 3) Inversión en capital humano, educación, ciencia, salud y seguridad social, y 4) Una vasta relación económica y cultural con todo el mundo.

smota@eleconomista.com.mx

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Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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