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Ken Salazar, embajador 4T
Los embajadores suelen ser como cajas negras de aviones: concentran información y no la difunden. El radio de exposición mediática es tan pequeño que, como ventaja, les evita ser centro de situaciones polémicas.
Los embajadores no suelen dar entrevistas, y cuando lo hacen, desean transmitir información blanda. “Dar la nota” equivaldría a lanzar una crítica al presidente del país donde realizan su misión.
La nota trabajada por Natalie Kitroeff y Maria Abi-Habib para el periódico The New York Times, cuya cabeza es: “La cercanía del embajador de Estados Unidos con López Obrador preocupa en el gobierno de Biden”, describe un escenario contrario a la premisa del párrafo anterior. Es decir, el funcionario Ken Salazar más que criticar a AMLO, parece ser su aliado, es decir, podría ser embajador 4T.
Lo anterior, con base a lo que revela el NYT.
Son dos ejes los que trabajaron Kitroeff y Abi-Habib para llegar a tal conclusión: el supuesto fraude electoral de 2006 y el supuesto manejo político de la ONG Mexicanos contra la corrupción y la impunidad.
En el texto, el embajador se acerca más a las tesis defendidas por AMLO que por las de Lorenzo Córdoba y María Amparo Casar, cabezas del Instituto Nacional Electoral y de Mexicanos contra la corrupción e impunidad, respectivamente. Si no se acerca, al menos coloca interrogantes.
Un embajador debe de tener a un buen equipo de trabajo integrado por expertos que lo alimenten de realismo. No de conjeturas basadas en dogmas. Algunos diplomáticos suman a sus equipos a asesores locales para enriquecer el análisis.
Es de suponer que el equipo del embajador Ken Salazar le ha descrito el estado que guarda la política exterior del presidente AMLO. De no ser así, lo describo:
1. No existe un plan estratégico de política exterior.
2. La relación con Estados Unidos quedó perfectamente retratada con la renuncia de la embajadora Martha Bárcena a la representación de México en Washington: AMLO ya no la escuchaba.
3. La Secretaría de Relaciones Exteriores es disfuncional.
4. AMLO no critica, caricaturiza a Estados Unidos durante sus conferencias de prensa.
5. AMLO es el político más trumpista de México. Usa la estrategia de la agnosis, incapacidad de reconocer lo que se ve.
6. La política exterior de AMLO ha sido externalizada a algo parecido a un think tank encabezado por El Fisgón y mediatizado por Epigmenio Ibarra.
7. Marcelo Ebrard hizo mejor papel como “vicepresidente” (pipas de agua y vacunas) que como secretario de Relaciones Exteriores.
Ken Salazar sufre del mal de Luis Buñuel; parece que está en la casa de la película El Ángel Exterminador: por más que desee salir de ella, estará atrapado por la 4T.
@faustopretelin