Lectura 6:00 min
La Cultura de la Paz, Día Mundial del Agua
Olvidamos que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno mismo.
Jacques Cousteau
Hoy se conmemora el Día Mundial del Agua que fue proclamado por la ONU en 1992. Su objetivo es crear conciencia de la importancia de cuidar el llamado oro líquido para la vida de los seres humanos y de todas las especies en nuestro planeta.
El agua es un recurso natural que, contrario a una creencia generalizada, es un recurso limitado.
No importa color de piel, nacionalidad, religión, preferencia sexual, nivel de estudios, ni clase social; si se vive en un país donde se respetan los derechos, se protege la salud, la economía y la seguridad o no. Todos necesitamos agua.
El acceso al agua es un derecho humano. Sin embargo, este valioso e indispensable recurso natural no llega de forma segura a un gran número de personas en distintos países, sobre todo a los más pobres, donde el agua potable no es accesible. En diversas zonas de México también tenemos ese problema, aquí más de 10 millones de personas no tienen acceso al agua potable.
Según el último Censo de Población y Vivienda del INEGI, México pasó de tener 3.3 millones de hogares sin acceso a agua potable en 2010 a 7.8 millones de hogares en 2020. Esto significa que en 2010 el 11.8% de los hogares de nuestro país no tenían agua potable y que para el 2020 el porcentaje aumentó drásticamente a un 22.4%. Ese es el tamaño del retroceso en este importante renglón de la vida nacional.
Otro aspecto que se ha descuidado en México es el relativo al saneamiento de aguas residuales. Es frecuente ver como se vierten aguas residuales -sin tratar- a ríos, arroyos, lagos, lagunas y playas en nuestro país.
El acceso, la eficiencia y la calidad de los servicios de agua potable y saneamiento distan de ser homogéneos en nuestro país, lo que coincide con los diferentes niveles de desarrollo existentes. En general, el sector del agua potable y saneamiento en México se caracteriza por una baja eficiencia técnica y comercial en la prestación de los servicios; una inadecuada calidad de los servicios de abastecimiento de agua potable; deficientes servicios de saneamiento, en particular del tratamiento de aguas residuales, y cobertura insuficiente en las zonas rurales y suburbanas más pobres.
Es urgente y de vital importancia una mayor conciencia del actual gobierno y de la sociedad respecto de la responsabilidad para preservar el agua, porque su escasez sería trágica y traería consecuencias irreversibles.
La débil infraestructura hidráulica y la escasa red de saneamiento en nuestro país agudizan los problemas del agua sin que se vislumbren programas ni acciones del gobierno para resolverlos.
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), cuya desaparición es de las pocas medidas que ha propuesto el inquilino de Palacio Nacional en torno al delicado tema del agua, se requiere una inversión anual del orden de 49 mil millones de pesos durante un periodo de al menos 20 años para alcanzar la sostenibilidad y seguridad hídrica en México. Sin embargo, en el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año, se asignaron al rubro Medio Ambiente y Recursos Naturales poco más de 40 mil millones de pesos, de los cuales sólo cerca de 4,500 millones de pesos, menos de la décima parte de lo que se recomienda se asignaron al rubro de agua potable y saneamiento, cantidad que se distribuye así: poco más de mil millones habrán de aplicarse a infraestructura de agua potable, alcantarillado y saneamiento, cerca de mil ochocientos millones a programas hidráulicos; mil cuatrocientos millones a infraestructura hidroagrícola y doscientos once millones para la operación del IMTA.
El IMTA ha sido un organismo dedicado a producir y diseminar conocimiento, desarrollar, adoptar y transferir tecnología, innovar en materia de gestión de recursos hídricos, desarrollo de capacidades para asegurar la gestión sustentable del líquido vital en México. Lamentablemente con el argumento del Presidente de que "mientras más ahorro, más bienestar para la gente", se procedió a desmantelarlo. Esa medida, según voces calificadas “facilita el extractivismo y la pérdida de nuestra riqueza natural y la soberanía nacional”.
El agua es fundamental para el desarrollo y la paz en el mundo y de nuestro país. El desabasto o escasez del agua dan lugar a la desigualdad e inestabilidad sociales, situación que pone en riesgo el tejido social al ser una fuente de conflictos y de violencia.
Vemos con preocupación como se realizan las obras emblemáticas del actual gobierno, en particular la del Tren Maya que carece de un trazo definido y que provoca la devastación y ecocidio en la zona con la destrucción de la selva y de la fauna que ahí vive. Uno de los peores efectos será la contaminación de las aguas subterráneas de la península. Se desconoce la existencia de manifestaciones de impacto ambiental, así como de estudios de seguridad, viabilidad técnica y financiera.
El Día Mundial del Agua es una fecha oportuna para recordar que todos, individual y colectivamente, podemos cuidar, valorar y racionar el agua que utilizamos en nuestras múltiples actividades diarias. Una acción permanente que permitirá vivir mejor y en un ambiente de cordialidad es fomentar la cultura del agua en todos los niveles educativos.
Si sabemos de guerras por territorio, por dominación y por recursos naturales, no nos extrañe que ocurran conflagraciones por la posesión de fuentes y reservas de agua. En nuestro entorno, la violencia también puede detonarla la falta de agua.
Más que golpear cotidianamente a los supuestos opositores del Presidente y dedicarse a distraer a la población, urgen medidas para que demos pasos hacia adelante, no hacia atrás. En materia de agua potable y saneamiento ello es muy urgente.
Si nuestra pretensión es que todos vivamos mejor en un ambiente de solidaridad, respeto, concordia y de dialogo, apostemos a generar una verdadera cultura de avenencia en la sociedad e involucrarla en la cultura de la paz.
*El autor es abogado y mediador profesional.
#mediacionenmexico
Twitter: @Phmergoldd