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Opinión

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La ENSANUT y el etiquetado alimenticio

Recientemente se dio a conocer la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua 2022 (ENSANUT) elaborada por el Instituto Nacional de Salud Pública, una institución de investigación muy profesional (ver https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanutcontinua2022/). De los múltiples aspectos que cubre, me referiré al análisis referente al sobrepeso y la obesidad (según definiciones de la OMS). Son condiciones cuyas prevalencias deben ser indicativas para el diseño de políticas públicas en materia de salud. La ENSANUT  presenta cifras y análisis para el periodo 2020-2022 del sobrepeso (S) y la obesidad (O) para el grupo de escolares (de 5 a 11 años) y de adolescentes (12 a 19 años). Se compararán los resultados de 2020-2022 con los de 2018 para ambos grupos. Veamos.

La prevalencia de (S) en escolares fue de 19.2% y la de (O) de 18.1% que, comparadas con 2018 aumentaron, ya que en ese año fueron respectivamente de 18.1% y 17.5%. En el caso de los hombres escolares se observa un incremento de 2.3 puntos porcentuales (pp) en la prevalencia de (O) pero una disminución de 0.7 pp en (S) de 2018 a 2020-2022. En niñas, el (S) aumentó 2.9 pp pero la (O) bajó 1.3 pp. Es interesante, pues indica una mayor (O) en niños que en niñas, y las niñas bajan su (O) pero incrementan su (S). Esto nos indica un patrón diferenciado por sexo en hábitos alimenticios de este grupo. 

En adolescentes, la prevalencia de (S) fue de 23.9% y de (O) de 17.2%. Con respecto a 2018 casi no hubo aumento en (S) pero en (O) se observó un incremento fuerte de 2.6 pp. Por género, llama la atención que en los hombres se observaron aumentos importantes más que en mujeres, tanto en (S) como en (O), en relación con 2018 de 2.3 pp y 3.1 pp respectivamente.

Concluye la ENSANUT que el (S) y (O) en estos grupos de edad continúa siendo un problema de salud poblacional en México. Es necesario profundizar en estrategias efectivas para su atención con enfoques de ciclo de vida para garantizar el bienestar de niños y adolescentes.

¿Por qué he comparado 2020-2022 con 2018? Recuérdese que en 2020 entró  en vigor la norma NOM-51 que establece los sellos negros que deben consignar los excesos en los productos en términos de calorías, azúcares, sodio, grasas saturadas y grasas trans. El etiquetado pretendía atender los problemas de la obesidad infantil y adulta, la diabetes, la hipertensión y enfermedades del corazón.

A tres años de adoptada dicha norma, si realmente los etiquetados hubiesen sido efectivos, la ENSANUT hubiese reportado disminuciones en todas las categorías presentadas. Es una evidencia que el etiquetado negro no ha servido de mucho más que para confundir al consumidor y no proporcionarle una guía alimenticia útil. El exceso de peso en la infancia y la adolescencia está relacionado con una dieta poco saludable, rica en calorías y grasas saturadas. El etiquetado no ha sido útil para disminuir la disponibilidad de alimentos y bebidas ultra procesadas y con elevados contenidos de azúcar. Más que etiquetados, urgen acciones efectivas de educación escolar sobre buenos hábitos alimenticios y la promoción del ejercicio físico diario.

Twitter: @frubli

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Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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