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Opinión

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La muerte y los impuestos

Según una encuesta de la organización World Public Opinion, 82% de los mexicanos quiere más y mejores mecanismos de monitoreo del uso del dinero público.

Por ahí dicen que lo único seguro en la vida son la muerte y los impuestos (death and taxes, es la frase que se usa comúnmente en inglés). Se me pueden ocurrir algunas otras certezas… como que a nadie nos gusta demasiado pagar los impuestos, cumplir con esa responsabilidad ciudadana. Intuitivamente, siempre me había parecido que parte de esto tenía que ver con la sensación de que nuestros impuestos no son bien gastados.

Ejemplos hay cientos, casi diarios, de los despilfarros y malos manejos en las finanzas públicas.

La BBC World Service y la organización World Public Opinion (www.worldpublicopinion.org) presentaron una encuesta hecha a más de 22,000 personas en 22 países -entre los que se encuentra México– a través de la que se demostró precisamente eso: en general, alrededor del mundo no estamos nada contentos con la forma en cómo se gastan los impuestos.

La cifra exacta corresponde a 52% de los encuestados (en promedio en los 22 países). Quizá por ello, los ciudadanos de 19 de las 22 naciones objeto del estudio se pronunciaron por que haya una mayor regulación y evaluación del desempeño de sus economías. ¿Las excepciones? Estados Unidos, Turquía y España.

Tampoco estamos solos en querer que el gobierno aumente su gasto público, particularmente en cuanto a subsidios y control de precios se refiere. El 90% de los egipcios y 80% de los mexicanos se pronuncia por esas medidas -cifras mucho mayores que el promedio global de 56 por ciento–. En países industrializados, en donde a raíz de la crisis económica del 2009 se aprobaron grandes paquetes de estímulos, la tendencia es la contraria: no más gasto.

Interesante también es la respuesta de las personas cuando se les pregunta sobre la posibilidad de utilizar recursos públicos para rescatar sus sistemas bancarios: los ciudadanos en países que aprobaron grandes paquetes de rescate bancario -como Estados Unidos, por ejemplo– se dicen opuestos a continuar haciéndolo.

De hecho, fue precisamente la pregunta sobre el rescate bancario la que más oposición encontró en promedio alrededor de todo el mundo, ya que únicamente 44% de los encuestados se pronunció en favor de esa medida.

Los mexicanos, después de nuestra experiencia del Fobaproa, fuimos de los que calificamos más alto en la oposición, pues 83% se declaró en contra de que el gobierno se involucre en acciones de rescate bancario. Aun así, destacan países grandes como India, China y Nigeria, en donde la mayoría de los encuestados se pronuncian por la viabilidad de los rescates bancarios.

El caso mexicano tiene ciertas peculiaridades que vale la pena destacar: sólo 28% de los encuestados piensa que se debe reducir el déficit gubernamental (en contraste con 51% de promedio global).

Además, la mitad de los encuestados piensa que de reducirse el déficit debe hacerse recortando servicios públicos y NO a través de un incremento en los impuestos.

En el tema de regulación y evaluación del desempeño económico, los mexicanos nos volvemos a salir de la norma: mientras que el promedio global es de 67%, 82% de los mexicanos dijeron querer más mecanismos de regulación económica y monitoreo del uso del dinero público.

En el otro tema en donde, desafortunadamente, también destacamos, es en nuestro pesimismo: sólo 10% espera que en los próximos cinco años la situación económica mejore. ¿Lo único certero? La muerte y los impuestos.

afvega@eleconomista.com.mx

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