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Opinión

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La olimpiada del “ya merito”

Buscando una narrativa que esconda la pésima dirección de la Conade, sus autoridades nos quieren hacer creer que México tuvo una participación sobresaliente.

La olimpiada de París finalizó ya hace casi diez días. De entrada, no quiero minimizar el gran mérito de los ocho atletas que lograron obtener medallas en cinco disciplinas. Todos ellos jóvenes con mentalidad triunfadora, una gran preparación y proyección. Son el tipo de deportista joven con pundonor que anhelamos nos represente en las justas deportivas internacionales. Pero lo que hay que analizar es el contexto de los apoyos que el deporte recibe en nuestro país. Adelanto una conclusión: sus logros se dieron a pesar del escaso apoyo monetario y empático que recibieron por parte de las autoridades deportivas gubernamentales. 

Previo a la olimpiada, la Conade declaró que la expectativa era que la delegación obtuviera al menos nueve medallas, entre ellas, al menos una de oro que desde Londres 2012 no se ha obtenido. Fue una declaración ocurrente que metió presión innecesaria a los y las atletas sin reparar en el escaso apoyo oficial que se otorgó. Si se toma en serio ese parámetro, pues se fracasó.

Otros indicadores que subrayan el mediocre desempeño global: la delegación consistió en 109 deportistas de los cuales sólo el 7.3% (8/109) logró una medalla. Los 109 integrantes se repartieron para participar en 29 disciplinas, siendo que sólo en cinco de ellas se obtuvo una presea, es decir, en el 17.3% (5/29).

Las autoridades deportivas se defienden señalando que el desempeño en medallas superó al anterior de Tokio. Buscando una narrativa que esconda la pésima dirección de la Conade, sus autoridades nos quieren hacer creer que México tuvo una participación sobresaliente indicando que “Además de las cinco medallas, se tuvo presencia en 19 ocasiones entre los mejores ocho lugares: dos en cuarta posición, siete en quinta, tres en sexta, tres en séptima y cuatro en octava”. Pero visto desde otro ángulo, esas 19 ocasiones indican que sólo se estuvo cerca de una presea. En fin de cuentas, la medalla es el parámetro de éxito que cuenta. Fuera de ello, es el mediocre “ya merito” que tanto nos gusta utilizar para justificar la medianía. 

¿Qué pasa entonces con las autoridades deportivas?  Desde el momento en el que la Conade es un organismo que recibe su presupuesto del gobierno federal es un ente político, cuya cabeza es designada directamente por el presidente(a). De entrada tenemos entonces una politización del deporte. Ello se extiende a las federaciones de las diferentes disciplinas. Muchas de ellas se manejan con criterios políticos, intereses creados ajenos al deporte, e inclusive se han detectado actos de corrupción. Todo ello es una madeja difícil de desentrañar, que se complica todavía más con el enfrentamiento que suele haber entre la Conade y el Comité Olímpico Mexicano.

El deporte mexicano requiere de una revolución que debe comenzar desde la promoción bien estructurada en la niñez. A la vez, lo que han hecho otros países, es escoger aquellas disciplinas en las que se tiene ventaja competitiva olímpica, y desarrollar y privilegiar esas actividades. Se han perdido décadas para enderezar al deporte; por lo pronto, hay un horizonte de cuatro años hacia Los Ángeles 2028 para erradicar el “ya merito” y dejar de lado la grilla deportiva.

X: @frubli

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Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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