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Opinión

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La radio se mueve porque la 4T la hace sufrir

Foto EE. Archivo

Televisa, Interjet, Radio Centro, Grupo Imagen, El Heraldo son algunos de los grupos que han movido la radio en México en los meses recientes. Ese medio centenario no ha perdido relevancia. La radio ya vivió su crisis existencial con el surgimiento de la televisión y la digitalización es más una oportunidad que una amenaza. Pero la austeridad de la Cuarta Transformación (4T) la hará sufrir lo que resta del año. Los ganadores de las 141 frecuencias de radio que por primera vez se licitaron en 2017 después de 20 años (y las 41 frecuencias que prevé licitar en 2019), no contaban en sus previsiones de negocio que el nuevo gobierno federal recortaría el gasto en comunicación social, ni que la economía nacional se desaceleraría tan pronto.

A diferencia de la audiencia de la televisión abierta, la de la radio se ha mantenido estable. Mientras en 2015 un total de 80.9% de personas con televisor veían contenidos de TV abierta, ese porcentaje bajó a 74% en 2016 y cayó a 64% en 2017. La radio no ha experimentado un cisma similar: en 2017 un total de 39.6% de personas escuchaba radio, el porcentaje creció a 41% en 2016 y un año después se ubicó en 38%, sin incluir la sintonía FM en teléfonos móviles, las apps de estaciones de radio y los sitios web de emisoras, según las encuestas nacionales de Consumo de Contenidos Audiovisuales del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

Otros datos corroboran la estabilidad de la radio. Según el Departamento de Investigación de Merca2.0, en 2018 la radio acaparó 8.7% de la inversión publicitaria destinada a medios (7,232 millones de pesos), una constante desde 2009. En contraste, la TV abierta ha pasado de 53% en 2012 a 43% en 2018 (34,922 mdp). Mientras la publicidad en radio permanece estable (quizá estancada pero no en descenso, aunque ahora con más competidores), ha crecido la inversión publicitaria en TV de paga e Internet, mientras la inversión en TV abierta ha decrecido en porcentaje.

Sin embargo, la llegada de la 4T representa un colapso para los ingresos publicitarios de la radio y la televisión por las medidas de austeridad y los recortes en materia de comunicación social, una crisis sólo comparada a la de 2009. La diferencia es que la recesión económica de ese año fue internacional y la de 2019 es propia de México. Es claro que el crecimiento de 0.1% de la economía mexicana en el segundo trimestre del año tendrá entre sus damnificados a los medios de comunicación, que resienten directamente la cautela publicitaria en un entorno de estancamiento, sobre todo cuando un medio como la radio ha dependido del dinero gubernamental.

Después de 89 años, Televisa se desprendió de su 50% del Sistema Radiópolis y lo vendió por 1,248 mdp a Corporativo Coral (del empresario Miguel Alemán Magnani, propietario de la aerolínea Interjet) y al grupo multimedios Gato Grande Productions. La televisora se desprendió de 17 estaciones de radio, seis de ellas en la Ciudad de México, incluida la emblemática XEW que vio nacer al principal grupo mediático de México, y La Ke-Buena 92.9 FM, la más escuchada en el cuadrante capitalino.

En 2018 la radio le generó a Televisa ingresos por 920 mdp, 1.08% de sus ingresos totales ese año. No es que el negocio de la radio haya decaído (incluso seguía creciendo y era sano), sino que Televisa se enfocará en las telecomunicaciones que están creciendo muchísimo más, al tiempo que visualizó un sexenio austero en publicidad oficial. Grupo Prisa (editor del diario El País en España) continuará como propietario del 50% restante de Radiópolis, bajo la figura de inversión neutra, ahora con un socio nuevo: la familia Alemán, que tendrá el otro 50%.

La radio es un promotor de los contenidos de otros medios como los televisivos o los periodísticos. Otro movimiento fue el de Grupo Imagen, que se desprendió de sus estaciones de radio XHDL-FM 98.5 en la Ciudad de México y XHAV-FM 100.3 en Guadalajara, que vendió a El Heraldo Media Group por un monto no conocido, subsidiaria de Grupo Andrade con negocios en el sector automotriz y administrador de El Heraldo de México. Grupo Imagen prefirió concentrarse en la televisión abierta; Imagen TV tiene 13% de las preferencias de los televidentes en México, detrás de Televisa (32%) y TV Azteca (54%), según el Estudio anual de TV abierta 2018 de Merca2.0.

Por su parte, El Heraldo de México diversifica su oferta de contenidos y plataformas de publicidad, pues también tiene la señal de El Heraldo TV por el canal 151 del sistema de TV de paga Izzi. La apuesta de El Heraldo Media Group es arriesgada porque ocurre en medio de la desaceleración publicitaria ocasionada por el recorte de la 4T.

Radio Centro, el único grupo radiofónico que cotiza en la Bolsa, ha tenido pérdidas cuantiosas en varios trimestres. Su sangría inició cuando al no poder pagar la contraprestación para adquirir frecuencias para operar una cadena nacional de TV abierta, perdió la garantía de 415 millones de pesos. En 2019 vendió la estación KXOS-FM 93.9 de Los Ángeles, para sanear sus finanzas. Previamente, el empresario Francisco Aguirre cedió el timón de Grupo Radio Centro (GRC) a su hijo Juan Aguirre Abdó.

GRC contrató a la periodista Carmen Aristegui después de un lapso de sequía radiofónica tras la atropellada salida de ella de MVS Radio, así como al influyente periodista Julio Hernández López; pero la empresa también dejó escapar a comentaristas como Sergio Sarmiento, después de 36 años de emisiones, y a Carlos Loret de Mola, quien no tuvo éxito en GRC. El rating también castigó al radiodifusor y sacó del aire a Radio Red AM y Formato 21 en enero de 2019; antes le bajó el switch a El Fonógrafo del Recuerdo 790 AM por supuestos problemas técnicos.

Francisco Aguirre está por lanzar en octubre su añorada señal de televisión en la Ciudad de México a través del canal 8.1 (frecuencia por la que pagó 425.9 mdp), en la plaza más competida, con más oferta de contenidos audiovisuales y con mayor acceso a plataformas digitales de streaming de video. Su sueño de regresar a la TV abierta se hará realidad (después de haber tenido la concesión del Canal 13 en 1967 y de perderla a favor del gobierno en 1972), pero no sabemos si se convertirá en una pesadilla.

En 2012 surgió un conflicto entre Ibope, la principal empresa medidora de audiencias, y las dos televisoras abiertas, coincidentemente cuando las mediciones de rating comenzaban a declinar. Desde entonces ambas televisoras dejaron de informar sus promedios de rating en sus respectivos informes financieros anuales.

De forma similar, en 2018 la empresa INRA, de medición de audiencias radiofónicas, se enfrascó en un conflicto con Radio Centro, que cuestionó la imparcialidad y los resultados de los métodos de investigación de mercado de INRA, que “favorecían” los noticiarios de Grupo Fórmula. Otros seis grupos radiofónicos (Grupo Acir, Imagen Radio, MVS Radio, NRM Comunicaciones, Televisa Radio y Radio Fórmula) acusaron a Radio Centro de malas prácticas y de manipular las mediciones de audiencia. El conflicto coincide con mediciones dispares entre INRA e Ipsos y la revelación de caídas estrepitosas en los rating de programas y emisoras de los distintos grupos radiofónicos. Así se mueve la radio y las señales no son halagüeñas.

Twitter: @beltmondi

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Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (Amedi). Analista de medios y telecomunicaciones y académico de la UNAM. Estudia los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, las telecomunicaciones, la comunicación política y el periodismo. Es autor del libro El presidencialismo mediático. Medios y poder durante el gobierno de Vicente Fox.

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