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Opinión

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Los afanositos, ganagracias... de los medios públicos

La Hora Nacional cobró notoriedad en el debate público nacional por motivos completamente diferentes a los que se esperaría con relación a una producción radiofónica cuyo objeto, según la Secretaría de Gobernación que tiene a su cargo su producción, es ser “un espacio plural que promueve la tolerancia, el respeto, la inclusión y el reconocimiento a las diferencias en todas sus expresiones sin ningún tipo de sesgo político”.

Cobró notoriedad porque, en el contexto del proceso electoral actualmente en marcha, el Partido Acción Nacional detectó que en tres programas distintos a fines del 2023 y principios de este año, los conductores de La Hora Nacional utilizaron ese espacio para realizar comentarios a favor de la entonces pre-candidata Claudia Sheinbaum.

Ese partido decidió interponer un recurso ante la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Nacional Electoral (INE), en el que concretamente solicitó: “Se solicita la adopción de medidas cautelares para evitar un grave e irreparable daño  a  la  contienda  electoral  con  el  fin  de  que  LA  HORA  NACIONAL  y  sus conductores,  a  fin  de  que se  abstengan  de  realizar  manifestaciones  y pronunciamientos de forma exclusiva en favor de la C. Claudia Sheinbaum Pardo, con  los que  se  realiza de  forma  velada  y  bajo  la  figura de equivalencia funcional proselitismo a su favor”.

Esa comisión, resolvió ordenar a SEGOB asegurarse de que en la producción y difusión de La Hora Nacional, “se cumpla invariablemente con el  principio  de  imparcialidad  en  relación  con  la  competencia  entre  partidos  políticos, coaliciones, aspirantes, precandidatos, candidatos y demás personas vinculadas con la  contienda  electoral”.

Pues bien, resulta que el PAN promovió el pasado sábado 23 de marzo una nueva denuncia contra La Hora Nacional, pero ahora incluyó entre las partes emplazadas a los concesionarios de radiodifusión que domingo a domingo han transmitido ese programa. Según la evolución de la denuncia, les podría generar algún tipo de sanción por parte del INE. Hay que decir, que los concesionarios de radio han colaborado durante décadas en la transmisión de La Hora Nacional sin que exista un fundamento jurídico que les imponga esa obligación concreta.

Ante la falta de certeza sobre un programa cuya producción les es ajena, era lógico que la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT) comunicara a sus afiliados la recomendación para dejar de trasmitir La Hora Nacional a partir del domingo 24 de marzo pasado. Al final solo estaciones del grupo Radiopolis y algunas ubicadas en Sinaloa y Veracruz atendieron la recomendación. Sin embargo, esa sola recomendación generó mucha conversación en los diferentes círculos de opinión durante todo el fin de semana, y bueno, el hecho fue tema de comentario por parte del presidente López Obrador en su conferencia mañanera de ayer lunes 24.

En su comentario, el presidente se quejó de la postura de la CIRT, además de señalar que sus afiliados andan de “afanositos, de ganagracias”.

Lamentablemente, hay que hacerle ver al presidente que en todo caso, los que andan de “afanositos, de  ganagracias” son los medios públicos, que actualmente están bajo operación de su administración. En los reportes más recientes del INE sobre el monitoreo de la cobertura noticiosa de las candidaturas a la presidencia, me refiero al que abarca hasta el 17 de marzo, se exhibe que al menos el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), por lo que hace a transmisiones en radio, y el Canal Once, por lo que hace a las transmisiones en televisión, tienen una cobertura muy inclinada a favor de la candidata oficial, a quien le dedican sustancialmente más tiempo que a Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez.

Sorprende que el Canal Once, que había perdido la concesión por no solicitar a tiempo su renovación al IFT, y que apenas la recuperó hace un año, se coloque en una posición de franca violación a las obligaciones que le impuso el IFT al otorgarle la nueva concesión, que entre otros, le exigió asegurar la independencia editorial, mandato que desde luego no está cumpiendo.

Pero el presidente prefiere voltear a otro lado y no habla de lo que hacen los medios públicos, de paso, le dio el tiro de gracia a La Hora Nacional.

*El autor es economista.

@GerardoFloresR

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