Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Los cascos azules de Relaciones Exteriores

Una mayoría de senadores convalida la premisa presidencial de que “la mejor política exterior es la política interior”; eufemismo con el que se cubre el desinterés del Gobierno de México por la diplomacia y por el mundo.

Las claves para aprobar embajadores son domésticas. Quirino Ordaz será embajador como castigo para España; su designación encarna el malestar irracional que el presidente López Obrador tiene con el país europeo.

Al mismo tiempo, AMLO premia al priista Ordaz por haber abierto un corredor electoral a Morena en Sinaloa. 

En el momento de escribir estas líneas, la aprobación de Ordaz ya había tenido lugar en comisiones del Senado. En el pleno no tendrá problema.

La ausencia de una brújula diplomática que permita la ubicación del Gobierno mexicano frente al mundo es evidente. Un pequeño círculo cercano del presidente AMLO se ha convertido en una especie de think tank especializado en política exterior: El Fisgón y Pedro Miguel lo encabezan. En efecto, el periódico La Jornada como tanque de pensamiento de la guerra fría.

Si no hay objetivos estratégicos, un conjunto de ocurrencias cubren el vacío.

¿El presidente López Obrador confía más en El Fisgón que en el secretario Marcelo Ebrard?

Quizá el secretario de Estado Antony Blinken dude. O quizá ya despejó la duda.

Las triangulaciones El Fisgón-AMLO-SRE debilitan las estrategias que Juan Ramón de la Fuente presenta en el Consejo de Seguridad de la ONU. México arrancó en tercera velocidad sin despejar dudas sobre el conflicto en Ucrania.

Condenar no es lo mismo que rechazar. Se agrega las frases publicitarias del sexenio: libre autodeterminación de los pueblos (no mencionada, por fortuna), la no intervención, la solución pacífica de los conflictos, la no injerencia, entre otras. 

Blinken habla por teléfono con Ebrard para esclarecer la postura de México. Lo hace el miércoles, día en que AMLO revela que su gobierno no aplicará sanciones a Rusia. Recomendación de El Fisgón, probablemente.

La Secretaría de Relaciones Exteriores va tomando forma de ONG. Lo hizo muy bien en la contratación de las vacunas contra la Covid. No olvidaremos a la subsecretaria Martha Delgado viajando a China para recibir contenedores de cubre bocas.

En Gander, Canadá, el jefe de la oficina de Marcelo Ebrard escribe un tuit que, sin contexto, sonaría dramático: “El avión de la Fuerza Aérea Mexicana con 81 evacuados de la guerra en Ucrania abordo ya está del otro lado del charco (…) Nuestro personal militar, Ejército y Fuerza Aérea, continúa rifándosela por nosotros”.

El avión voló a Rumania hace algunos días. Los militares mexicanos no ingresaron a Ucrania. En Rumania no hay misiles cruzando el aire.

El avión viajó a Rumania sin ayuda humanitaria, pero con periodistas en búsqueda de lágrimas.

Entre El Fisgón y los cascos azules de la SRE, la política exterior.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas