Buscar
Opinión

Lectura 8:00 min

Los retos del abasto de medicamentos en México 2024-2030: Una oportunidad para reformar el Sistema de Salud

El sistema de salud en México está en un punto de inflexión crucial, uno que requiere de atención inmediata. Los problemas persistentes relacionados con el abasto de medicamentos han afectado gravemente al sistema nacional de salud, especialmente a aquellas que dependen exclusivamente de este para recibir tratamiento. A medida que la administración 2024-2030 se prepara para arrancar actividades y enfrentar estos desafíos, es imperativo abordar los problemas estructurales y regulatorios que han obstaculizado la capacidad del país para garantizar un abasto oportuno, suficiente y de calidad.

El abasto de medicamentos es un tema prioritario no solo porque afecta directamente la salud de la población, sino también porque representa un componente esencial de la equidad social y la eficiencia en el uso de los recursos públicos, eso sin dejar de lado que la actividad de la industria relacionada es un agente económico que genera derrama de recursos en muchas direcciones. Las soluciones no son simples, pero existe una oportunidad clara para implementar reformas que no solo resuelvan los problemas inmediatos, sino que también fortalezcan el sistema en el largo plazo.

El abasto de medicamentos es uno de los pilares esenciales del sistema de salud de cualquier país. Sin un suministro adecuado de medicamentos, incluso los sistemas más avanzados y los profesionales más capacitados ven comprometida su capacidad para brindar atención efectiva. En México, la falta de acceso a medicamentos esenciales y de alta especialidad ha sido un problema recurrente por muchos años, pero se ha agudizado en los últimos años, afectando a millones de personas con condiciones crónicas y enfermedades agudas que dependen del tratamiento continuo.

En los últimos años, México ha implementado diversas reformas en su sistema de salud, como la centralización, no solo del proceso de adjudicación de las compras públicas de medicamentos sino también de la gestión logística de estas. Aunque estos esfuerzos han buscado mejorar la eficiencia y reducir costos, han surgido nuevas complicaciones, entre ellas problemas logísticos y de coordinación entre las instituciones de salud, esto ha agravado la situación del desabasto. En este contexto, la administración entrante deberá afrontar estos desafíos con un enfoque estratégico y coordinado.

Uno de los mayores problemas en el abasto de medicamentos es la falta de coordinación y planeación en la cadena de suministro. En la actualidad, las instituciones del sector público como el IMSS, ISSSTE y el IMSS-Bienestar operan de manera fragmentada, con distintos criterios de planificación de la demanda. Esta falta de homologación genera multiplicidad de esfuerzos, ineficiencias, sobrecostos y, lo que es más preocupante, desabasto o, en el mejor escenario, abasto intermitente.

El diseño de un sistema de abasto unificado a nivel nacional debe ser una de las prioridades para el gobierno entrante. La creación de una estrategia de sistematización efectiva de los procesos de planeación, adquisición y gestión de la distribución (también llamada última milla) de Insumos para la Salud ha sido una propuesta que ha cobrado fuerza en los últimos años. Esta estrategia tendría la capacidad de centralizar la planeación de la demanda de medicamentos, planificación de las compras en función de las necesidades reales y garantizar que los procesos de licitación sean eficientes y transparentes. Además, facilitaría la interacción entre las distintas instituciones del sector salud y los proveedores, reduciendo el tiempo de respuesta y evitando retrasos innecesarios.

Un sistema de estas características también permitiría mejorar la capacidad de respuesta ante emergencias, como pandemias y/o desastres naturales, al contar con un control centralizado de inventarios y capacidad de redistribución rápida. En definitiva, una mejor planeación y coordinación en la cadena de suministro no solo beneficiaría a los profesionales de la salud y pacientes, sino que también permitiría un uso más eficiente de los recursos públicos.

Otro gran desafío para el sistema de salud en México es la infraestructura logística. Actualmente, muchas instituciones de salud pública carecen de las capacidades necesarias para almacenar y distribuir medicamentos de manera eficiente. Esto incluye la falta de centros de almacenamiento modernos, sistemas ineficaces de control de inventarios y una logística que no siempre garantiza que los medicamentos lleguen a su destino final en tiempo y forma.

El gobierno entrante debe priorizar la inversión de todo tipo de recursos en la modernización de la infraestructura logística. La creación de nuevos modelos de almacenamiento, gestión logística y la implementación de tecnologías avanzadas de trazabilidad permitirán un control más efectivo sobre los inventarios de medicamentos. Un sistema digitalizado que permita a las instituciones de salud rastrear los insumos en tiempo real reduciría el desperdicio, optimizaría los tiempos de entrega y garantizaría un abasto constante incluso en zonas rurales o de difícil acceso.

Además, la trazabilidad no solo mejoraría el control interno, sino que también permitiría una mayor transparencia y rendición de cuentas en todo el proceso de distribución de medicamentos. Saber dónde se encuentra cada lote de insumos y a quién se ha entregado es crucial para evitar fraudes y garantizar que los medicamentos lleguen a quienes los necesitan.

La certidumbre regulatoria y jurídica es otro pilar fundamental en la solución de los problemas de abasto. En los últimos años, los cambios en el marco legal, resultado de varios modelos de compra y distribución han generado incertidumbre y confusión entre los proveedores, lo que ha afectado el normal desarrollo de los procesos de adquisición. La falta de claridad en la normativa, junto con el uso excesivo de adjudicaciones directas, ha afectado las condiciones necesarias para la debida competencia en el sector y, en algunos casos, ha comprometido la calidad de los medicamentos adquiridos.

La reforma del sistema de adquisiciones públicas es una necesidad urgente. El respeto a las licitaciones públicas debe ser la regla general, mientras que las adjudicaciones directas deben ser la excepción. Esto permitirá que más proveedores participen en los procesos de compra, aumentando la competencia y garantizando que se adquieran medicamentos de la más alta calidad a precios justos.

Además, la creación de un marco jurídico sólido y transparente incentivará a las empresas a invertir en el mercado mexicano, lo que fortalecerá la industria farmacéutica nacional y reducirá la dependencia de proveedores internacionales. La transparencia es clave no solo para asegurar la calidad de los insumos, sino también para mejorar la confianza entre el sector privado y el gobierno.

La pandemia de COVID-19 demostró la fragilidad de las cadenas globales de suministro, exponiendo la dependencia excesiva de México de proveedores internacionales para la obtención de medicamentos e insumos esenciales. Ante esta realidad, ha ganado la necesidad de poner en marcha una Política Nacional Farmacéutica como una oportunidad para fortalecer la producción local, mejorando la sustentabilidad, asegurando la soberanía sanitaria y mejorar el atractivo para la inversión en una industria nacional.

El fortalecimiento de la industria farmacéutica y de dispositivos médicos establecidos a nivel nacional es clave para la seguridad sanitaria de México. Si el país puede producir más medicamentos a nivel local, estará mejor preparado para enfrentar futuras crisis globales de salud y podrá garantizar un suministro constante y asequible para su población, reduciendo su dependencia de importaciones a aquellas tecnologías que, por su nivel de especialidad, o por la creación de economías de escala deben de ser importadas en beneficio del sector salud.

Un sistema de compra consolidada bien implementado puede generar ahorros significativos para el sistema nacional de salud, permitiendo la adquisición de medicamentos a mejores precios y reduciendo el riesgo de desabastos. Sin embargo, para que este sistema sea exitoso, es necesario que todos los actores involucrados, tanto públicos como privados, se adhieran a las normas de transparencia y rendición de cuentas.

Los retos del abasto de medicamentos en México son considerables, pero también representan una oportunidad única para transformar el sistema de salud del país. La administración 2024-2030 debe abordar estos desafíos con una visión integral que incluya la modernización de la infraestructura logística, la creación de una estrategia integrada de adquisiciones, el fortalecimiento del marco regulatorio y el fomento de la producción nacional.

Hoy cierro con una frase que se atribuye a H. James Harrington: “La medición es el primer paso que lleva al control y, eventualmente, a la mejora. Si no puedes medir algo, no puedes entenderlo. Si no puedes entenderlo, no puedes controlarlo. Si no puedes controlarlo, no puedes mejorarlo."

*El autor cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, fue socio fundador de una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas en salud, salud digital y sostenibilidad. Y actualmente se dedica a la gestión de asuntos corporativos en materia de salud para la industria farmacéutica.

 

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas