Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Mandatos tricolores

La propuesta priísta de un mandato dual para el banco central o sale sobrando o es una vacilada.

La nueva propuesta priísta de dotar al banco central con un mandato dual, donde incluya el fomento al crecimiento económico, es fiel a la tradición camaleónica del Revolucionario Institucional: simultáneamente, no nos dice nada y lo que dice, conlleva contradicciones y una que otra mala intención.

A pesar de nuevas propuestas para repensar la política macroeconómica, la evidencia, más los argumentos conceptuales, muestran claramente que un clima de menor inflación, con estabilidad en el sistema de precios es una condición necesaria para aumentar el crecimiento económico, en el largo plazo, en forma sostenida. Esto no es ciencia oculta. Una inversión requiere un horizonte de largo plazo, donde se pueda descontar factores como la tasa de interés, el nivel de precios, hasta el tipo de cambio.

No se puede correr una tasa interna de retorno, o valorar un descuento a valor presente neto, si primero no contamos con un clima de estabilidad de precios, vaya, un clima donde las decisiones de ahorro, de inversión, de producción, sean función de factores que no dependen del futuro comportamiento del nivel de precios.

Por otro lado, un mandato de crecimiento económico, como lo tiene la Fed, (en mero papel, ya que las intervenciones se dan sólo cada medio siglo, en tiempos de emergencia, mientras que por lo general el aspecto de fomento al empleo es ignorado), puede interpretarse en forma primitiva, estilo Curva de Phillips, al tenor de que el banco central debe relajar la rienda monetaria, tolerar un poco más inflación, para agilizar mayor crecimiento, como si actos de invertir, ahorrar, producir o consumir sean función de una curva abstracta, verdades triunfantes de una epistemología tricolor.

La propuesta sale sobrando o representa una vacilada que no resiste la prueba de la risa (analítica). Son los hechos, no caprichos ideológicos, que demuestran lo que los seres cotidianos conocemos a fondo: a más inflación, menor crecimiento; a más estabilidad, mayores las oportunidades de crecimiento. En cristiano: queremos que el cuerpo económico crezca, pero en forma estable, no horizontal, no a punta de golosina monetaria o esteroides monetarios. O mañana, amanecemos como perros nuevamente. Empero, quizás esta idea del mandato dual no es mala. Habría que proporcionar los instrumentos formales al banco central para lograr el mandato: autonomía de gestión para garantizar competencia, facultades para eliminar privilegios sindicales, poderes legales para eliminar todas esas trabas, trámites y topes que no nos dejan trabajar. Eso sí sería fomento del crecimiento económico".

rsalinas@eleconomista.com.mx

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas