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Mercados agrícolas bajistas, ¿sobra oferta o falta demanda?, quizá ambas
Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Enero ya quedó atras y quiero revisar algunas cosas pendientes para definir un rumbo intermedio en la dirección de precios para los mercados agrícolas.
Diremos que mi función en la instrumentación de administración de riesgos es la de estar permanentemente detectando y proyectando escenarios de riesgos desde causas presentes.
La constante a defender es la línea de márgenes razonables y repetitivos en los agronegocios independientemente de la dirección de precios.
Las diferentes lecturas al momento han fijado una sólida dirección de precios bajista y esto lógicamente impacta fuertemente al negocio agrícola; sin embargo, si hacemos memoria presente, la realidad del precio dicta que la rentabilidad no es directamente proporcional al precio. Los años anteriores hemos visto precios mayores, pero igualmente costos más altos.
En términos de reemplazo, la variación de precios deja en esencia la misma rentabilidad este año que el anterior o al menos los últimos dos, pero, la comparación es algo engañosa.
El problema es tomar la fotografía en tiempos diferentes. El reemplazo usa los precios de hoy y los asocia con los costos de hoy; sin embargo, la realidad es que en el campo estas decisiones no siempre se toman en el mismo momento, y en muchos casos la estructura de costos viene atrasada, esto implica que seguimos operando con costos más altos y la velocidad a la que estos caen, es menor a la velocidad a la que los precios lo hacen una vez que toman una dirección clara.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) en su análisis de oferta y demanda de enero dejó claro que en contra de todos los pronósticos se logró una cosecha de maíz récord y una de soya bastante sólida.
El juego del adivino climático y agricultor de computadora dejó mal plantados a varios analistas que evaluaron condiciones de cultivo de manera negativa crónicamente anticipando una cosecha menor. Bueno, pues todo lo contrario; la cosecha fue enorme y ahora los estadounidenses están sentados en más inventarios que imaginación de qué hacer con ellos.
Llama mucho la atención que, ante la caída de precios, el productor estadounidense ha tomado el camino de guardar producto, cerrar los silos y no comercializar. Me parece que esa decisión no está siendo muy saludable una vez que vemos lo mismo suceder en Brasil y Argentina.
Para estos últimos orígenes el ciclo agrícola aún está en proceso y el clima juega un papel muy importante; sin embargo, aun cuando las cosas no son lo mejor en Brasil, el tipo de cambio (real vs dólar) define en muchos casos los diferenciales de rentabilidad y ahí es donde el productor desarrolla mucha estrategia.
Argentina está cada vez más cerca de cerrar un ciclo agrícola exitoso, especialmente si se compara contra el año pasado. El resto es ver qué pasa con la nueva administración pública y los diferenciales cambiarios que lastiman tanto la rentabilidad agrícola, (omitimos hablar de exceso impositivo, pues es un tratado). Sea lo que sea, ante la luz de producciones, el mercado me parece que está concentrado demasiado en la parte de oferta y está desestimando una etapa bastante patética en el consumo.
El comprador sabe que, ante la presente disponibilidad, comprar y adivinar pisos en los precios representa lo mismo que tratar de atrapar un cuchillo cayendo, los mercados agrícolas en su gran mayoría tienen curvas de precio en diferido en acarreo, y eso te sugiere que no hay prisa alguna por tratar de comprar en el inmediato.
Los especuladores por su parte, han estado muy presentes y su presencia se hace sentir desde las posiciones vendidas; para muchos, estas posiciones son en sí mismas muy grandes y potencialmente se puede convertir esto en una fuerza alcista una vez que el especulador vendido se espante y tenga que comprar urgentemente para disminuir su exposición a las bajas. El tema es encontrar las razones o motivos para ocasionar dicha estampida y ahí es donde hacemos el llamado de atención.
Si tuviera que hacer una analogía diría que el tablero de control de “riesgos” timbra y parpadea como lo que tal vez veía el operario que trataba de poner en orden el reactor nuclear de Chernóbil. El entorno geopolítico atenta en contra el sano tránsito de mercancías. El canal de Panamá es un desastre y el transito vía el Mar Rojo/Canal de Suez, está fuera de control.
China tiene serios problemas en sus ángulos más afilados de crecimiento orgánico, su mercado hipotecario está bastante lastimado y uno de los mayores conglomerados en ese rubro está siendo obligado a liquidar activos, los márgenes de molienda de soya son negativos y los consumos de carne de cerdo no crecen, los inventarios de cárnicos son amplios y en ese orden, la aspiradora de consumos que el mundo necesita simplemente no trabaja a la velocidad que se necesita.
Cerremos este tratado. Lo fácil es decir que el remedio para los precios bajando son los bajos precios y que se necesita una chispa en el consumo. En lo que esto llega, seguiremos acumulando producción, haciendo contabilidad milimétrica de lluvias y clima en general, como si este pulso fuera fácilmente pronosticable.
¿Estás en buenas manos?