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Opinión

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México, tan lejos y tan cerca de Chile

Chile ha sido durante muchos años el mayor referente de libertad económica y prosperidad en América Latina. Hoy, el país que por mucho tiempo demostró que es posible disminuir la pobreza y acelerar la movilidad social, sostener un sistema de pensiones exitoso, crecer económicamente, aumentar considerablemente el PIB per cápita y gozar de los enormes beneficios que genera el libre comercio, entre tantos otros avances, ha caído en manos de quienes aplauden los populismos y dictaduras que han hundido en la miseria a Cuba, Venezuela y muchos otros países. 

En pocas palabras, los chilenos han decidido alejarse del modelo que les dio prosperidad durante las últimas décadas para abrazar una alternativa que promete acercarlos más a la realidad miserable del socialismo que ha hundido a muchos países latinoamericanos. Deseo que el péndulo no se vaya al extremo pero basta analizar la narrativa y propuestas del presidente electo Gabriel Boric para anticipar un futuro ensombrecido por ideas y políticas que han fracasado donde quiera que se han puesto en marcha. 

No sólo me duele que un país hermano y amigo pueda retroceder por dejarse enredar entre tantas mentiras y fuertes dosis de resentimiento, también me preocupa la repercusión y el impacto de este cambio tan peligroso en toda la región. Quedan pocos países cuyos gobiernos sensatos defienden las ideas de la libertad. Parece que el retroceso es el deporte favorito en América Latina.

Duele (RE)conocer que un país con tantos recursos, tanto potencial y tantas posibilidades como México, ha estado “lejos” de ese Chile libre y próspero, aún cuando hemos podido aprender de sus aciertos y avances. Hoy, la realidad es que estamos más “cerca” de ese Chile populista o quizás ellos de nosotros pues México está dando a la región un muy mal ejemplo cuyas consecuencias desastrosas aún no podemos terminar de estimar.

Es obvio que los simpatizantes de la 4T celebren el triunfo de Boric pues están del mismo lado y los une el mismo resentimiento. ¿Pero la oposición? Una cosa es (RE)conocer la madurez de la democracia chilena y sus instituciones y otra es celebrar la llegada de un comunista al poder. 

Resulta indignante que muchos “líderes de opinión”, “intelectuales” y “opositores al régimen de la 4T” en México celebren la llegada de Boric que nunca ha ocultado su admiración hacia los peores líderes socialistas como Castro y Chávez. Miopes o hipócritas, han aplaudido la llegada de un socialista con más tendencia al extremo que al centro (más comunista que socialdemócrata) cuando supuestamente dicen despreciar a López, sus ideas y su gobierno fracasado.

Una mezcla de ignorancia e hipocresía confunden a muchos que no alcanzan a dimensionar el riesgo de que Chile siga los pasos de Argentina, Bolivia, Cuba, Perú (tras la elección de Pedro Castillo) y Venezuela. No es casualidad que los líderes de estos países sean los más entusiastas con el triunfo de Boric y que el nuevo presidente electo sea un admirador de la “revolución bolivariana.”

A nadie le conviene que el socialismo y la agenda del Foro de Sao Paulo sigan avanzando en América Latina. Me preocupa y desconfío de esa “oposición” que “condena” a López pero elogia a Boric pues no han entendido qué clase de batalla estamos librando ni tampoco ven que ambos presidentes están del mismo lado. 

Estoy convencido que a la izquierda socialista radical no se le puede pedir nada ni se puede esperar nada bueno de ellos. Pero quienes defendemos las ideas de la libertad sí debemos exigirnos más congruencia, más empatía, más cercanía, más creatividad y mejores soluciones totalmente fuera de la caja. También debemos exigirnos menos ego, menos soberbia y menos frialdad en la narrativa y en los hechos. 

Una derrota siempre es una gran oportunidad para (RE)plantearnos todo. Quienes estamos dispuestos a defender la libertad tenemos que ser más autocríticos, trabajar de verdad como equipo y (RE)imaginar muchas cosas. El socialismo no avanza porque sí. Hay omisiones y errores que se deben corregir y heridas que se deben sanar de raíz. Si no lo hacemos, acabaremos viviendo en un mundo sin libertad.

*El autor es presidente fundador del Instituto de Pensamiento Estratégico Ágora A.C. (IPEA). Primer Think Tank de jóvenes mexicanos y de Un millón de jóvenes por México.

aregil@ipea.institute

Twitter: @armando_regi

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