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Otra hazaña de la alcaldesa de Cuauhtémoc
Sin pedir la opinión de los interesados, bajo un criterio de uniformidad que se contrapone a la diversidad que es una de las características de la libertad y de la cultura, la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, de un plumazo o mejor dicho de varios brochazos decidió borrar los rótulos de casi 1,500 puestos semifijos de comida, jugos, y otras especialidades, para sustituirlos con el logo de la alcaldía que gobierna a base de pelotas —con billetes de quinientos pesos pegados a ellas—.
Tal vez a la visión clasista de la alcaldesa, golpeadora de policías, los rótulos, letreros y leyendas de los puestos: muestra de la gráfica y del ingenio popular, le parecieron “nacos” y de mal gusto, de ahí su deseo de desaparecerlos sin consultar antes a la ciudadanía en general, a los habitantes de la demarcación, a los usufructuarios de los puestos o, cuando menos, medir las consecuencias que su unilateral acción iba a ocasionar en la opinión pública.
El argumento para imponer la autoritaria medida es el que con ello se busca evitar la contaminación visual, además de tener orden y limpieza en las calles. El orden y la limpieza en las calles que bien necesita una municipalidad tan grande y tan concurrida como la Cuauhtémoc, no se va a lograr con la homologación en la presentación de los puestos semifijos. Se logra con un servicio de limpia constante y efectivo.
En cuanto a la contaminación visual, es un tema totalmente subjetivo, si un puesto de tortas que se anuncia con la figura de Supermán volando rumbo a Kryptón con una torta en cada mano —las pidió para llevar—; si un puesto llamado “El taquito de David”, con la caricatura de David, un joven con síndrome de down que murió de Covid, y con lo que su madre, dueña del establecimiento, quiere recordarlo; si donde venden carnitas existe una alegoría donde un par de cerdos con gorros de cocinero tienen en el cazo a un hombre cociendo y de uno de los cocineros se desprende la frase: “Pa’ que vean lo que se siente”; si éstos rótulos y dibujos contaminan visualmente la ciudad es una percepción que podrán compartir con la alcaldesa un buen número de personas. Pero en contraparte a ellas, existimos una gran cantidad de ciudadanos, con los mismos derechos, que en los dibujos y rótulos de los puestos observamos el sentir y el colorido del arte popular y, en algunos casos como los de las taquerías “Tacolare” y “Tacomiendo” y el de una cerrajería con el dibujo de dos luchadores enmascarados en acción y el letrero: “se hacen llaves”, el sentido del humor.
La plataforma Pintura Fresca, una organización especializada en documentar, conservar y difundir la gráfica callejera en el país, protestó, a través de las redes sociales, por la orden de la señora Cuevas, de la que dijeron: “mostró su pobre entendimiento de la tradición, la gráfica y la cultura” (…) “incurriendo en un claro abuso de su posición de poder frente a los comerciantes” (…) “arrasando con años de tradición, historia e identidad chilanga”.
La Red Chilanga en Defensa del Arte y la Gráfica Popular (ReChida) compuesta por ilustradores, diseñadores gráficos, foodies (aficionados a la comida), chefs, fotógrafos, influencers, vecinos, artistas e historiadores, buscan recuperar la memoria y patrimonio de los rótulos borrados. Lanzaron una campaña con el hashtag #ConLosRótulosNo, que consiste en tapar los logos de la alcaldía con el dibujo en cartón de una torta y la leyenda “Aquí había un rótulo, pero la alcaldía Cuauhtémoc lo borró”.
El multicitado logo de la demarcación dice así: “Alcaldía Cuauhtémoc: Es tu casa”. Opino que habría que agregarle: “y en tu casa mando yo. Sandra Cuevas”.
Punto final
- Cuando yo tenía tu edad iba a la tienda con un peso y regresaba cargado de cosas.
-Sí abuelo, pero en tu tiempo no había cámaras.