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Planeación y desarrollo económico
Altagracia Gómez declaró que con Claudia Sheinbaum habrá una política industrial. Esta posición contrasta con la desafortunada expresión de algunos funcionarios mexicanos en los años noventa que decían que la mejor política industrial era no tener ninguna.
Para tener una macroeconomía estable y una microeconomía competitiva que den sustento al crecimiento económico, se necesita de una planeación económica. Esto significa coordinación institucional de actividades económicas por medio de planes y programas.
Es muy satisfactorio lo que expresó Altagracia Gómez, coordinadora de Desarrollo Económico Regional de la campaña de Claudia Sheinbaum, en una entrevista que le hicieron para El Economista el director general editorial, Luis Miguel González, y el editor de Empresas y Negocios, Octavio Amador. Ahí reconoce la necesidad de consolidar la planeación económica. Dice: “Tenemos el Plan Nacional de Desarrollo a seis años, un Plan Nacional Hídrico a 10 años, el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional a 15 años, el Plan Nacional de Ordenamiento Territorial a 20 años y el Plan Nacional de Infraestructura a cinco años. Ninguno coincide ni en objetivos ni en presupuestos y la última vez que los ves es cuando se presentan (...) Lo primero que tenemos que hacer es que estos planes coincidan y que tengan un objetivo no sólo presupuestal sino estratégico”. Este tono autocrítico es apreciable por su intención correctiva.
También hace la entrevistada una definición política sobre la conducción económica, que es importante para saber sobre las reglas del juego. Señala: “El Estado debe ser el rector de la economía, pero sus actores principales están en la órbita privada. El protagonista tiene que ser el sector privado. El Estado tiene un papel crucial cuando decimos que planear la inversión es asegurarte de que el corto plazo no compromete el largo plazo. Cuando decimos que vamos a construir 100 parques industriales no quiere decir que el Estado los va a hacer. Al Estado sólo le corresponde dotar de la infraestructura necesaria, agua, luz, gas, y hacer los planes de desarrollo territorial”.
Asimismo, Altagracia Gómez declaró que con Claudia Sheinbaum habrá una política industrial. Esta posición contrasta con la desafortunada expresión de algunos funcionarios mexicanos en los años noventa que decían que la mejor política industrial era no tener ninguna. Ahora, en el mundo, el ejemplo de una política industrial en favor de la economía y sociedad lo pone el gobierno del presidente Biden, que promulgó leyes de fomento como es la Ley de Reducción de la Inflación y la Ley de chips y Ciencia, que ofrecen estímulos fiscales y financieros a las empresas.
Está ocurriendo en el campo de la política económica un pragmatismo en el uso de los instrumentos. Esto conduce a considerar que la aplicación de distintas políticas económicas o combinarlas es para lograr la eficacia. En economía el arte consiste en elegir el modelo correcto para un problema determinado y desecharlo cuando el problema reviste otra forma. La economía es una caja de herramientas. Tanto las herramientas de Friedman en política monetaria como las de Keynes en política fiscal están en la caja para hacer uso de ellas.
La ideología se transforma. Es la “seductora mentirosa” como la definía Napoleón. Como producto histórico significa que está determinada por las condiciones políticas, económicas y sociales. Asimismo, por las relaciones globales de poder que conducen a posiciones hegemónicas o de supremacía en los alineamientos políticos y culturales del resto de países.