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¿Quién asesoró a Xóchitl?
Dos testimonios recientes exponen detalles de la historia que llevó a Xóchitl Gálvez a su aventura electoral. Claudio X. González reveló que la coalición antiAMLO comenzó a forjarse hace cuatro años, con la participación de Dante Delgado, quien nunca accedió ser socio de Alito Moreno. Le daba asquito.
Sin posibilidad de postular a un candidato independiente, la sociedad civil participó en esas negociaciones, con una posición de poder:los estudios ratificaban un amplio rechazo a los políticos pero también a las intenciones oficialistas de acabar con los organismos autónomos. El análisis sobre el humor social de Guido Lara (Lexia) corroboraba el predominio de sociedad líquida y la posverdad, pero también confirmaron una creciente preferencia por las mujeres.
La crisis del sistema de partidos hizo posible que Xóchitl Gálvez fuera candidata. Outsider, con el respaldo de la sociedad civil, la senadora hidalguense, ignoraba la liturgia partidista y tal vez ese fue su mayor pecado. Sin interés de domar a las maquinarias partidistas, se dedicó a hacer lo que lleva haciendo desde que inició su carrera política: echar relajo, cobijada por sus cercanos.
El dirigente nacional del PRI a menudo comparaba las campañas con una carrera de autos. Contar con un piloto temerario podría ser una jugada arriesgada, pero era esencial disponer del mejor vehículo. De su trabajo y de los esfuerzos de Marko Cortés y Jesús Zambrano dependía armarlo.
Xóchitl, a su modo —pero con recursos de los partidos— debía resolver dos asuntos relevantes: como abanderada frentista: ¿Cómo enmarcar los temas, a sí mismos y a sus oponentes? ¿Y qué impacto tendrán los debates y la cobertura mediática en la percepción de los votantes? Para solidificar su posicionamiento, reveló el excanciller Jorge G. Castañeda, la senadora hidalguense contó con la asesoría de Matthew Dowd, exconsultor de George Bush.
Castañeda estuvo en el grupo que quitó la candidatura presidencial a los partidos. Pero la improvisación no genera alternativas durables. Expost, el excanciller del foxismo ofreció detalles sobre la crisis que imperó en la campaña de Xóchitl, sin referir el contexto. El scouting del estratega —conducido por Santiago Creel— descartó sucesivamente Alejandra Sota y Alejandro Quintero hasta terminar en Alistair Mac Wilson, quien tuvo la peculiaridad de ser uno de los promotores más sólidos del Brexit y ser el fundador de Cambridge Analytica.
La consultora política británica especializada en Micro targeting conductual estuvo a punto de trabajar para la campaña presidencial de José Antonio Meade en el 2018. ¿Los mismos patrocinadores llevaron a Mac Wilson a la campaña frentista?
De esos tempranos movimientos tuvieron conocimiento en Palacio Nacional, donde también hay expertos en el uso del big data, ya sea para poner en la agenda un tema o polarizar a los electores.
El excanciller se reservó partes de la historia. ¿Las más interesantes? La identidad de la misteriosa asesora que preparó a Xóchitl para el último debate. (En los primeros esfuerzos intervinieron Germán Martínez y Javier Lozano y después, para tratar de hacer que se viera más “presidencial”, Ildefonso Guajardo y Enrique de la Madrid),
Y una, que no quedará inédita: la intervención de Juan Pablo, el hijo menor de Gálvez, en lo definición y ejecución de la campaña paralela. Activar a los Xóchitlovers requería recursos que los las dirigencias partidistas no estuvieron dispuestas a conceder.
Xóchitl trajo al mismo equipo con el que hizo la precampaña (Pico Covarrubias, Carlos Mandujano, Alonso Cedeño y Aldo Campuzano) e incorporó a Consuelo Sainz y Max Cortázar, quien sustituyó a Alejandra Latapí, originalmente propuesta por Santiago Creel como vocera de la campaña.
El exsecretario de gobernación del foxismo era formalmente el coordinador de la campaña, pero la candidata atendía más los consejos de sus excompañeros senadores, principalmente Germán Martínez y Emilio Álvarez-Icaza, y del exdirector del IMCO, Juan Pardinas.