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Regulación digital
Ante problemas más apremiantes y graves en México, el tema de la regulación digital parecería ser un problema de sociedades del primer mundo. Seguramente habrá quienes piensen algo como “qué lo solucionen en Estados Unidos y Europa, y después veremos qué hacer aquí con la experiencia de estos países”.
Hoy los esfuerzos internacionales por regular el ámbito digital se han centrado en dos tipos de enfoques legislativos. El primero se dirige a los servicios digitales (plataformas digitales, buscadores, entre otros) mientras que el segundo intenta regular la inteligencia artificial (IA).
La Unión Europea lleva la delantera en términos de regular servicios digitales. La Ley de Servicios Digitales fue aprobada el 5 de julio de 2022 y consta de una serie de normas sobre los servicios de intermediación en línea. Las obligaciones de los distintos agentes corresponden con su respectivo papel, tamaño e impacto en el ecosistema en línea.
La Ley impone obligaciones básicas a todos los actores, como informes de transparencia, que sus términos y condiciones de servicio se apeguen a los derechos fundamentales, cooperación con autoridades nacionales, y punto de contacto o en su caso contar con un representante legal. En caso de incumplimiento, la UE tiene la posibilidad de imponer sanciones de hasta 6% de la facturación global anual o incluso la prohibición de operar en la UE.
Otro esfuerzo legislativo en este ámbito es el del Reino Unido. Su proyecto de ley de Seguridad en Línea está actualmente siendo debatida. Basado en la última versión de la propuesta legislativa, la ley regulará servicios de usuario a usuario (aquellos servicios de internet por medio del cual contenido generado directamente en el servicio, o cargado en el servicio por un usuario, puede ser encontrado por otro usuario del mismo servicio) y servicios de búsqueda.
Bajo la ley, las plataformas en línea tendrán que remover contenido ilegal (fraude, crímenes de odio, violencia sexual, incitación a la violencia, terrorismo, entre otras), así como contenido que esté prohibido en sus términos y condiciones, y tendrán que empoderar a usuarios adultos con las herramientas necesarias para que puedan adaptar el tipo de contenido que ven.
La carga de supervisión caerá en el regulador de telecomunicaciones, Ofcom, quien tendrá poderes para emprender acciones contra las empresas que no cumplan con la ley. Las empresas podrán ser multadas con hasta 18 millones de libras o 10% de la facturación global anual, lo que sea mayor.
En términos de la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) los esfuerzos son también muy recientes, y se centran fundamentalmente en identificar el nivel de riesgo que estos sistemas pueden ocasionar en el ámbito de su funcionamiento. Hasta ahora los más avanzados son los europeos.
El juicio que está en curso estos días en la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos por la demanda a Google de la señora Beatriz González, será determinante en términos de la responsabilidad del contenido en las plataformas, aunque dicho contenido sea de una tercera parte involucrada. Hasta ahora la conocida Sección 230 les da a las plataformas inmunidad por lo que otras empresas o usuarios suben a la red. La demanda fue presentada por la madre de Nohemí González, estudiante estadounidense, que murió en Paris en 2015 como víctima de un atentado de un grupo terrorista islámico.
En México tendríamos que tomar el toro por los cuernos, y por muy lejano que parezca, tener nuestro propio marco regulatorio.