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Revanchas en Yucatán
La Cuarta Transformación, en términos electorales, buscó aniquilar el bipartidismo PRI-PAN. En el 2018, Yucatán fue la única entidad del sureste donde esa misión histórica no pudo completarse con contundencia.
Con la elección presidencial concurrente a la renovación de los poderes locales, el PRI —gobernado entonces por Rolando Zapata— enfrentaría al morenista y al PAN, que competiría con su mejor carta: Mauricio Vila Dosal, alcalde de Mérida. Entonces, la cúpula panista ni siquiera concedió una interna. Pero Joaquín Díaz Mena, diputado local y exalcalde de San Felipe, resistiría nuevamente una imposición.
Huacho —así lo conocen en la Península— decidió renunciar a dos décadas de militancia panista y sin remordimiento de conciencia aceptó una invitación para reunirse con el líder izquierdista. ¿Su intención? Estar en la boleta electoral, como candidato al Senado.
Aficionado al basquetbol, Díaz Mena no entendió a la primera cuando AMLO le pidió un fly de sacrificio. “Necesito que vayas como nuestro candidato a la gubernatura, pero no hay forma de que ganes”, le dijo, “esa es la mejor forma de que ayudes al movimiento”.
AMLO logró 40% de los votos de la elección presidencial en Yucatán, pero el PAN se quedó con la gubernatura. El voto de castigo en el 2018 dejó a Morena con apenas 21% en los comicios locales, poco más de 231,000 sufragios. Entonces, la prioridad fue que AMLO ganara… aún a costa de Morena.
Hace seis años, con AMLO como compañero en sus spots, Huacho llamó a los yucatecos a echar a los corruptos del poder. Morena ganó las elecciones federales, pero Mauricio Vila logró arrebatar la gubernatura al PRI.
A punto de extinguirse el sexenio lopezobradorista, la prioridad sigue siendo la consolidación de la 4T en la Península. Pero Huacho no está dispuesto a más sacrificios: exdelegado de los programas federales, tuvo que remar contracorriente para obtener su tercera candidatura consecutiva pues un sector morenista quería ir por la gubernatura con Rommel Pacheco. Los morenistas yucatecos miraron el espejo chilango: la experiencia política se impuso a la fama mediática y Huacho buscará por tercera vez la gubernatura.
Seguros de obtener el voto de los olvidados, los estrategas del Huacho saben que la campaña de Rommel Pacheco por las alcaldía capitalina (que concentró 51% del padrón estatal) sigue sin alcanzar las metas propuestas. Y es por eso que ahora buscan desesperadamente a los herederos del cerverismo. Al aire, los spots elaborados por endor, una productora de eventos masivos encabezada por el chiapaneco Frank Moreno, reforzada por el modelo nacional de activismo —ideado para las redes sociales— de Iván Silva Yamune. Y en tierra, un equipo de operación política coordinado por el exsenador César Raúl Ojeda Zubieta.
Huacho va por su revancha contra el exalcalde de Mérida, quien nuevamente confió a Roberto Trad su estrategia mediática. Para competir con la marca morenista, una propuesta radical: la bandera de las barras y las estrellas que simboliza centenarios anhelos secesionistas. Atrincherados en la defensa de uno de sus principales bastiones, los panistas se mantienen sin fisuras. Con un padrón electoral de apenas 1.7 millones de votos, Yucatán ha recibido tres veces a las candidatas presidenciales. Para Morena, tener el control absoluto de la península es prioritario, pero alcanzar la meta del medio millón de votos requiere de esfuerzos mayores.
¿Y el gobernador Mauricio Vila?
Efectos secundarios
POLÉMICA. Con el respaldo del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, la alcaldesa de Bahía de Banderas, Mirtha Ileana Villalvazo Amaya, había enfilado a buscar la elección consecutiva. En el camino han surgido requerimientos de la fiscalía estatal que podrían dejarla fuera de la contienda. En el aire, una versión morenista de un cartel inmobiliario. Y al margen, el enfrentamiento de la dirigencia morenista con el gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero.