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Rosa Icela Rodríguez, ¿brincará la vara?
¿Cómo, una mujer al frente de la Guardia Nacional? Se preguntan aquellos fieles creyentes en la fábula de que el femenino es el sexo débil. Fábula que tiene su origen en el machismo que aún existe en la actualidad. Yo que tuve una madre y una abuela, y que tengo cuatro hermanas y una esposa, puedo testificar que las mujeres son igual de capaces que los hombres y están mejor dotadas para algunas materias. Las mujeres no son el sexo débil porque son la debilidad del sexo fuerte. O como alguien dijera –creo que fue Jardiel Poncela– el sexo débil hizo gimnasia.
Aun pensando como arriba lo expresé, mentiría si dijera que no me sorprendió que por primera vez en la historia del país de los machos que se rasuran con machete, una mujer sea la jefa de la policía, en su modalidad de Guardia Nacional donde están integradas fuerzas del Ejército y la Armada.
Inclusive en un principio pensé que Rosa Icela Rodríguez Velázquez sería un florerito más en el gabinete de López Obrador. Florero con las mismas características de la secretaria de Gobernación, la señora licenciada Olga Sánchez Cordero, quien debería de estar operando el asunto de los 10 gobernadores de la Alianza Federalista; pero en opinión del disgregador redactor de lo que usted lee, o no se lo permite su jefe proclive a querer tocar todos los instrumentos de la orquesta, o no le entra al asunto porque se le hace bolas el engrudo de la ejecución política.
Para no tener dudas, para extinguir los rescoldos machistas ancestrales, me di a la labor de saber quién era Rosa Icela y me sorprendió gratamente. Egresada de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, trabajó como reportera en Televisa Radio, en El Universal, en La Afición y en La Jornada. Su relación con la política data de cuando fue nombrada coordinadora de Comunicación Social de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal de 1997 al 2000.
A partir de ese cargo destacó por su inteligencia y capacidad de trabajo. Durante tres gobiernos del Distrito Federal, el de López Obrador, el de Marcelo Ebrard y el de Miguel Ángel Mancera, ocupó cargos de relevancia política, administrativa y de seguridad pública. Adaptarse, sin dejar de ser ella misma, a tres jefes con diferentes estilos de gobernar indica que la señora tiene talento y talante político.
Desde el comienzo del gobierno de Claudia Sheinbaum, fue secretaria de Gobierno de la Ciudad de México; el 26 de julio del presente año el presidente López Obrador la nombró coordinadora General de Puertos y Marina Mercante; y a partir del 3 de noviembre secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana.
Quienes la han tratado o han trabajado bajo sus órdenes coinciden en definirla como una funcionaria dura, que no se dobla, no tiene horarios, es cumplida y exige lo mismo a quienes componen su equipo, que deben ser personas de toda su confianza; además es incorruptible.
Las credenciales que ostenta la señora Rodríguez Velázquez son convincentes, tiene experiencia de gobierno, sabe de seguridad pública, es trabajadora, nadie le puede achacar un acto de corrupción y goza del apoyo del presidente de la República. En relación con su gris antecesor, Alfonso Durazo, la vara está baja, puede considerarse fácil brincarla. En relación con las necesidades de la seguridad nacional y la lucha contra el crimen organizado, la vara está altísima. Ojalá y que sea una mujer quien pueda brincarla. Suerte Rosa Icela.
Memes de la pandemia
Cambio frijoles, arroz y azúcar por un loro. Necesito hablar con alguien.
Ni en mis pensamientos más locos imaginé entrar enmascarado a un banco y salir con dinero.
Cásate ahora que sólo permiten 20 invitados. Con cuatro pollos ya está el banquete.
Creo que soy feliz pero asintomático.