Buscar
Opinión

Lectura 3:00 min

Seguridad mundial en riesgo

En la reciente Asamblea General de Naciones Unidas, el Secretario General, Antonio Guterres, consideró “inaceptable” la escalada rusa después de que Vladimir Putin planteara un eventual uso de armamento nuclear.

Guterres cree que es absurdo que se piense llevar el conflicto a ese nivel en vez de la paz y el fin de la guerra. Admitió que la situación solo empeora, además de que el uso de la tortura por parte del ejército ruso es una aberración sádica.

El secretario de Estado de EU, Anthony Blinken, acusó a Moscú en el Consejo de Seguridad de la ONU de degradar a esta organización.

Dijo: “El que el presidente Putin escogiera esta semana, mientras que la mayor parte del mundo se reúne en Naciones Unidas, es para agregar combustible al fuego que él comenzó y muestra su total desprecio y desdén por la Carta de la ONU, la Asamblea General y este Consejo de Seguridad… El orden mundial se está derrumbando ante nuestros ojos”.

La tentación nuclear de Putin es evidente ahora en que Rusia después de una medida ilegal determina la anexión a Rusia de los territorios de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia, a pesar del repudio mundial que ha llevado a no reconocer esa acción.

Putin quiere utilizar las armas nucleares para doblegar a los ucranianos como un gesto de exhibición de poder. Por ello este es el momento de mayor riesgo. Los países occidentales tienen que medir sus consecuencias y decisiones para evitar esta escalada.

Un evento asociado a estos peligros es la desesperación de Putin por encontrar y obligar a rusos comunes y corrientes para incorporarlos a la invasión como soldados, que no lo son.

Originalmente hablaba de un millón de personas y lo rebajó a 300,000. Pero de ellos 280,000 han rechazado el llamado a incorporarse. No creen en la pertinencia de la invasión por lo que están huyendo del país. Se van a Finlandia y a Georgia al este, a Mongolia y a Kazajistán al sur. Hay un castigo de cárcel de hasta 10 años para los que rechazan incorporarse a las armas.

Putin está acorralado. Su visión patética y neurótica del mundo lo puede llevar a cometer errores mayores de los realizados hasta ahora y que un pequeño circulo de políticos y magnates le permiten, amenazando la paz y seguridad.

Su ejército ya está perdiendo la guerra, no está motivado, no tiene entrenamiento ni equipo. Y la estrategia militar carece de planeación

Liz Truss, primera ministra de Reino Unido dijo recientemente: “Es necesario impulsar la seguridad, reducir la dependencia económica de los agresores y crear vínculos comerciales, de inversión, científicos y tecnológicos más fuertes entre aliados y socios… La guerra debería ser un catalizador para reiniciar, remodelar y refundir una arquitectura de seguridad global”.

smota@eleconomista.mx

Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas