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Opinión

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Trump reloaded: papá gobierno sin frenos

Al revisar los pronunciamientos económicos recientes de Donald Trump, me asombró lo mucho que han cambiado los ideales del Partido Republicano en la última década. Antes, el GOP (Grand Old Party) predicaba el capitalismo sin tapujos y nunca hubiera sugerido esquemas de intervención gubernamental en el sector privado, ni fomentar el proteccionismo. Pero bajo Trump, queda muy claro que los principios políticos de los Republicanos quedaron en el olvido. 

Trump parece creer que bajo gritos y sombrerazos la economía reaccionará a su voluntad. Su afán por ser déspota en lo político claramente afecta su entendimiento de la economía. 

Trump tiene una historia de desdén por la Reserva Federal de Estados Unidos - el equivalente al Banco de México - algo preocupante, dado que si llegara a ser presidente de nuevo, podría arruinar la credibilidad de la política monetaria de la economía más grande del mundo. “Creo que el presidente debería tener al menos voz ahí. Lo creo firmemente. Gané mucho dinero. Tuve mucho éxito. Y creo que tengo un mejor instinto que, en muchos casos, la gente que estaría en la Reserva Federal…,” comentó Trump el 8 de agosto en una conferencia de prensa. Días después, intentó bajar dos rayitas a su intensidad y dijo que considera que como presidente le gustaría al menos poder comentar su postura públicamente. Ah, ok. 

Más allá de cuestionar la independencia del banco central, Trump ha sugerido una serie de políticas económicas que se asemejan más a los planes de sustitución de importaciones de países de América Latina en los años 1960 - o al Politburó - que un plan para el Siglo XXI de Estados Unidos.

No sorprende que Trump amenaza con aumentar los aranceles sobre importaciones de China, los cuales aplicó durante su presidencia, mismos que Biden dejó vigentes. Sí sorprende, sin embargo, que ahora él sugiere aplicar aranceles de entre 10% y 20% sobre absolutamente todas las importaciones y sin distinción de origen, una reverenda locura. Trump parece no comprender que al subir los aranceles también subirán aún más los precios de los bienes (ej., electrodomésticos, comida, ropa, coches, etc.).

En el caso de los seguros de autos, Trump ha dicho que girará una orden a su gabinete al inicio de su gobierno para obligar a las empresas aseguradoras a bajar sus precios. Y como si fuera asunto menor, Trump ha prometido que Estados Unidos “bajará los precios de energía a la mitad, por lo menos”. ¿Cómo? Por orden del mismísimo Tlatoani. 

Además, Trump da a entender que por arte de magia la aplicación de aranceles resultará en la sustitución de estos bienes importados por una producción nacional.  Si fuera tan sencillo, todos los países ya hubieran optado por este asombroso plan, pero la historia económica lo desmiente. Lamentablemente, su análisis económico de nivel kinder es fácil de vender, particularmente a una población que tiene un entendimiento del mismo nivel sobre el funcionamiento de la economía.

A pesar de que la salud económica de Estados Unidos es de envidiarse si la comparas con otros países semejantes, particularmente en Europa, es un hecho que los estadounidenses tienen una percepción más negativa de la situación. Sin distinción de afiliación política, se quejan de que los precios de la canasta básica - particularmente en los supermercados - son injustificadamente altos. Trump ha dicho que va a obligar al sector privado a bajar los precios, punto. ¿Cómo? Quién sabe. 

Por su parte, Kamala Harris, la candidata para la presidencia del Partido Demócrata, está de acuerdo que los precios, particularmente de la comida, son altos y que es una preocupación válida para muchas familias. Ella sugiere trabajar de la mano con los negocios para impulsar una mayor competencia en el sector agroindustrial y con los supermercados. Su solución suena mucho más en línea con lo que es factible para una economía de mercado. Mayor competencia y mayor oferta, genera una reducción de precios, sin introducir distorsiones. 

Hoy en día hablar de ideologías es cada vez más inútil, dado que populistas de varias estirpes a nivel global han difuminado las líneas. ¿Las políticas que propone Trump son de derecha o izquierda? Cada persona puede entender algo distinto con las etiquetas. 

Trump y su compañero de fórmula, JD Vance, proponen más intervención del gobierno, tanto en la vida privada como en la economía, en perjuicio de la libertad. Hoy en día el proyecto Republicano no solamente atenta contra la democracia, sino contra el sistema de libre mercado. 

 

Amy Glover es politóloga experta en la relación bilateral, estadounidense por nacimiento, mexicana por elección.

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