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Opinión

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Un nuevo gobierno de Trump: enorme desafío para Sheinbaum

Después del atentado que sufrió Donald Trump el pasado sábado, del que afortunadamente salió ileso, y que aprovechó para enviar un mensaje no verbal extraordinario al levantar su brazo con el puño, son mucho más las opiniones que se leen y se escuchan en los medios de Estados Unidos (EUA) en el sentido de que las posibilidades de triunfo de Trump en las elecciones de noviembre próximo se incrementaron notablemente.

Por ejemplo, los momios que se reportan en los distintos sitios dedicados a recibir apuestas en EUA sobre el posible ganador de la elección presidencial de aquel país se modificaron de tal manera que las probabilidades de triunfo de Trump se incrementaron de un rango de 58%-60% el viernes pasado, a un rango entre 68% y 75 por ciento.

Desde luego también están las opiniones de una amplia variedad de analistas que coinciden en que las posibilidades de Trump para ganar nuevamente la presidencia de los EUA se incrementaron, en el contexto de su fortalecida imagen después del atentado, combinado con una torpe actuación de Joe Biden en las fechas recientes.

Habiendo comentado lo anterior, resulta imperativo asomarnos a los planes económicos que ya había perfilado Trump para un eventual segundo período como presidente de EUA, pero que se confirmaron justo la semana pasada con la publicación de la “Plataforma 2024 del Partido Republicano”, dada a conocer en el portal de ese partido político.

Se trata de un documento con una lista de medidas muy en la línea de las ideas que ha impulsado Trump tanto durante su primer período presidencial como en los años recientes, pero que tal como ha sido destacado por algunos medios, carece de la profundidad en el diseño o la descripción de las políticas públicas que se hubiera esperado de los republicanos en otras épocas.

Pero ese no es el problema central de las medidas que prometen Trump y el Partido Republicano, el problema de fondo es el que tiene que ver con los efectos que provocarían en el plano económico. Por ejemplo, promete reducir impuestos, sobre todo a las familias de mayores ingresos y empresas, y de manera señalada, promete eliminar los impuestos sobre las propinas, con lo que busca atraer el apoyo de un enorme base de trabajadores de restaurantes y servicios turísticos. De igual forma promete reducir el gasto público y eliminar regulaciones, sobre todo para la industria petrolera.

También promete reintroducir lo que él llama “aranceles base”, sobre todas las importaciones de bienes al mercado de los EUA, que según ha trascendido, se ubicarían en 10% sobre el valor de las importaciones, “aranceles base” que en el caso de las provenientes de China podrían ubicarse en 60% sobre el precio de los bienes importados. De la mano de estas promesas proteccionistas, que según están enfocadas a reducir la inflación en el mercado de EUA, está la que la plataforma identifica como el número dos, titulada como “Sellar la frontera, y detener la invasión migrante”.

Y mientras la plataforma se enfoca a prometer recortes de impuestos y la introducción de medidas proteccionistas, es completamente omisa en hablar del problema del déficit de las finanzas públicas y el endeudamiento del gobierno de EUA y qué planes tiene para abordar ambas cuestiones. Tampoco expone o prevé medida alguna que hablen de incentivar las exportaciones, por ejemplo.

Hay enorme preocupación entre el gremio de los economistas estadounidenses sobre el efecto indeseado que provocarían las nuevas promesas de Trump. Por un lado, se estima que el recorte y eliminación de impuestos es equivalente a una política fiscal expansiva que se traducirá en un incremento en la inflación, efecto que se reforzaría por sus efectos en el mercado laboral, con la política de sellar la frontera y deportar a miles de personas, un alto porcentaje de ellos mexicanos. Lejos de reducir la inflación, provocaría el efecto contrario.

El cierre de la frontera, las restricciones sobre las importaciones de autos de armadoras chinas y en general sus medidas proteccionistas, representarán un enorme desafío para México y el gobierno de Claudia Sheinbaum, tanto en el plano del T-MEC como el plano migratorio, lo que podría tener un efecto negativo sobre el PIB de nuestro país. ¿Está preparado el nuevo gobierno para ese panorama?

@GerardoFloresR

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