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Opinión

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Vargas Llosa, letras contra las dictaduras

Mario Vargas Llosa manifiesta a través de la ficción la idea máxima de la libertad. Entiende que en la realidad existen voluntades que la acechan, la agobian, la debilitan. Sólo la literatura maximiza la experiencia de la libertad de quienes la escribe y, por supuesto, de quien la lee.

Imposible no comprender el mensaje de un escritor como Vargas Llosa a través de La fiesta del chivo, novela sobre el dictador Trujillo, un monstruo político.

En una ocasión Vargas Llosa recordaba que las novelas ayudan a que se manifiesten los monstruos humanos. Quizá lo dijo porque viven atrapados en la ficción.

Ayer, Mario Vargas Llosa ingresó a la Academia Francesa, excepción que confirma la regla de que sólo lo hacían quienes escribían en letras francesas.

“Cuando aprendí el francés y a leer literatura francesa comprendí que, en el fondo, deseaba llegar a ser escritor francés. Estaba convencido que era imposible ser escritor en el Perú. Un país sin editoriales, con pocas librerías, donde los únicos escritores que conocía eran abogados que escribían poemas los domingos. Yo quería ser escritor. Y por eso soñaba con Francia y París”, mencionó Vargas Llosa durante su discurso de ingreso. 

Parece que el tiempo no ha pasado desde los años en que Vargas Llosa viajó a París. Imposible disipar de la memoria el autogolpe de Estado de Pedro Castillo, un traidor de la democracia convertido en monstruo.

“La novela salvará a la democracia o será sepultada con ella y desaparecerá”, sentenció durante su discurso.

Ejemplo de su advertencia es Nicaragua. Otro monstruo, Daniel Ortega, traicionó a su compañero de lucha contra la dictadura de Somoza, Sergio Ramírez.

El escritor Manuel Jabois entrevistó a Vargas Llosa el pasado domingo en la revista de El País.

Si Freud decía que infancia es destino, se entiende la batalla sempiterna de Vargas Llosa contra de las dictaduras.

Jabois recuerda que el padre de Vargas Llosa, Ernesto Vargas, era “un hombre con carácter endiablado y acomplejado socialmente, se separó de Dora Llosa, a la que encerraba en casa por sus celos mientras él tenía amantes e hijos, meses antes de que Mario naciese. Hasta los 10 años, al niño se le hizo creer que su padre había fallecido. A esa edad sus padres volvieron a estar juntos”.

Vargas Llosa confiesa a Jabois sobre su padre: “Era un hombre muy rígido, muy duro, que no era flexible para nada. Mi vocación literaria fue una manera de resistir a su autoridad”.

A Jabois le adelantó fragmentos de su discurso, uno de ellos sobre Flaubert: “(...) quedé deslumbrado con ese lenguaje tan absolutamente exacto, preciso, elegante y al mismo tiempo muy funcional”.

La política también es obra de la imaginación. En ocasiones, muy pobre.

@faustopretelin

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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