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¡Volar a nuestras costillas!
Los números rojos para la reinaugurada Mexicana de Aviación no van a ser una posibilidad eventual, sino una realidad bien visible y comprobada
“Mal empieza la semana, a quien lo ahorcan el lunes”, reza un realista y muy cruel refrán popular. El detalle puede ser meramente incidental, pero indudablemente es un indicio desfavorable que el vuelo de inauguración de la renacida, y muy militar, Mexicana de Aviación haya resultado casi en un fiasco, por causa de un derrame de combustible y un retraso de cinco horas para arribar a su destino: el aeropuerto de Tulum.
En el propio anuncio celebratorio emitido por el presidente López Obrador en su conferencia mañanera del martes hubo en evidente error factual, que cabe destacar aquí. Textualmente se refirió AMLO “al histórico rescate de una empresa pública”. El error es evidente: la empresa Mexicana de Aviación, que entró en bancarrota posteriormente, había sido privatizada durante el sexenio de Salinas de Gortari. Quebró, no precisamente por un funcionamiento eficaz y, asimismo, tampoco se trataba de “una empresa pública”. Ya en la actualidad, cabe cuestionarse sobre la viabilidad futura de la aerolínea, bajo una nueva administración militar.
Los antecedentes históricos locales no son favorables. La administración del presidente Luis Echeverría se lanzó a un programa de amplia escala de rescate estatal de empresas operativas. En esa tónica, hacia el cierre de dicho sexenio el sector paraestatal contaba con un total de 403 empresas de participación estatal mayoritaria y 55 de participación minoritaria. La inmensa mayoría de ese segmento resultaron entidades que operaban en números rojos, recayendo esos resultados sobre las finanzas del gobierno. Es decir, el tremendo déficit fiscal que se heredó del gobierno posterior del también proestatista, José López Portillo, padecía ya de un trasfondo estructural.
Los números rojos para la reinaugurada Mexicana de Aviación no van a ser una posibilidad eventual, sino una realidad bien visible y comprobada. Según anuncio, no desmentido posteriormente, por parte de la cabeza de la rescatada Mexicana, general de división, Sergio Montaño Méndez, a la empresa se le asignó una partida presupuestal para 2023 de 2.6 miles de millones de pesos y de 8,000 millones para el 2024. Pero lo peor es que en la propia proyección financiera de la empresa se ha previsto que el punto de equilibrio del proyecto se alcanzará ¡en el año 2030!
Como es evidente, desde el punto de vista meramente empresarial el proyecto de la Mexicana Aviación militarizada adolece de todos los fundamentos requeridos para hacerlo viable. Usted, estimado inversionista particular, ¿invertiría un centavo en la compra de acciones de la ya tan controvertida aerolínea? Y si tiene que viajar a Monterrey o a cualquier otro destino nacional, ¿lo hará por Mexicana, con su base en el totalmente disfuncional AIFA?