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Opinión

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Donald Trump o Ronald McDonald

El día en que le preguntaron a Donald Trump la razón por la que participó en el anuncio de Pizza Hut en compañía de su exesposa Ivana, fue muy honesto. “Porque me pagan quinientos mil dólares”. 

Ocurrió en 1995, tres años después de su divorcio. Uno de sus múltiples asesores de relaciones públicas, Dan Marcus lo regañó. Le preguntó si le había avisado a su esposa Marla Maples sobre el comercial y Trump dijo que no.

”Pobre, dijo Trump. Se lo empecé a contar (a Marla) y se puso mal. Dijo que tenía que dejarme, comentó subiendo el tono de voz hasta su falsete nasal, porque iba a vomitar hasta la cena de anteayer”.

Así describe la escena Maggie Haberman en su libro El Camaleón; la invención de Donald Trump (Planeta, 2024).

En el comercial de Pizza Hut, Trump e Ivana pelean por un pedazo de pizza. Una escena con la que ellos mismos se burlaron de su divorcio a cambio de dinero.

Pero Marcus no lo regañó por los efectos morales que el comercial podía representar en su matrimonio con Marla Maples, lo decía por la discreción que Trump debería de tener en ese momento por su interés de llevar a su empresa a Bolsa. Esa era una de “las reglas que la SEC imponía a las empresas que se estaban preparando para salir a Bolsa”, escribe Haberman.

Ayer, Donald Trump se puso a freír papas a la francesa en un McDonald´s de un suburbio de Filadelfia. El show lo hizo con el único objetivo de demostrar a Kamala Harris que él pasó “más tiempo trabajando en un McDonald’s” que la hoy candidata demócrata.

Trump quiso hacer una perfomance en McDonald’s y sin cobrar 500 mil dólares, en lo que parecería ser el mejor anuncio publicitario de la campaña.

Trump demuestra que lo suyo es la actuación, y que las campañas publicitarias y electorales para él son perpetuas.

Otro de los rasgos de Trump es su perfil de narcisista. “No soporta que haya dos personas en el podio. No es capaz de aceptar que alguien gane la plata y el bronce. Él tiene que llevarse el oro, la plata y el bronce”, comentó Art Nusbaum, director de la constructora HRH, luego de que Trump no la mencionara durante la ceremonia de inauguración de una pista de hielo en los 90.

“Resultó evidente que Trump pensaba atribuirse todo el mérito de haber concluido las obras de la pista de hielo”, escribe Maggie Haberman en su libro.

Su visita a McDonald’s la quiso hacer únicamente para subrayar la posible mentira de la demócrata ya que, al día de hoy no ha demostrado su paso laboral por McDonald’s.

Quizá hoy o mañana el equipo de Harris publique una vieja hoja con el logo del restaurante. O no.

Haberman rescata una frase de Trump al periódico The Washington Times: “Me considero un tipo muy honrado en un mundo muy corrupto”.

Fue profesor investigador en el departamento de Estudios Internacionales del ITAM, publicó el libro Referéndum Twitter y fue editor y colaborador en diversos periódicos como 24 Horas, El Universal, Milenio. Ha publicado en revistas como Foreign Affairs, Le Monde Diplomatique, Life&Style, Chilango y Revuelta. Actualmente es editor y columnista en El Economista.

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