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Dos presiones previsibles para el tipo de cambio
La elección del Presidente de Estados Unidos y el Paquete Económico del primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, podrían tener efectos en los ánimos financieros.
El golpe que recibió el tipo de cambio, como un indicador muy visible de los mercados financieros mexicanos, tras las elecciones de junio pasado fue realmente inesperado.
Se anticipaba el resultado de la elección presidencial y abría la puerta a cierto nerviosismo por lo que implicaba la continuidad de un régimen opuesto al sentido común.
Pero, la forma como repentinamente se abrió la Caja de Pandora para construir una falsa mayoría calificada acabó por devastar las expectativas de estabilidad cambiaria y faltan todavía los efectos prácticos del apoderamiento del Poder Judicial.
Así, la aduana de las elecciones le provocó al tipo de cambio un tropiezo de más de tres pesos en la cotización frente al dólar.
El mercado cambiario está en constante movimiento, por los datos de la inflación, de crecimiento económico, de las decisiones o anticipos de política monetaria y hasta por los reportes corporativos, como en estos días.
Pero, hay en puerta un par de hechos relevantes en lo que resta del año que podrían tener algún efecto en la cotización peso-dólar.
Por orden de aparición y de relevancia, la elección del próximo Presidente de Estados Unidos tendrá efectos en los ánimos financieros.
México está hoy en una posición vulnerable en su relación política con Estados Unidos, básicamente por el enfoque populista que ha tomado el régimen en nuestro país, pero no es lo mismo Donald Trump que Kamala Harris.
De ambos podemos esperar una postura más radical en los temas fronterizos y de narcotráfico, pero las amenazas del republicano Trump sobre el futuro del libre comercio bilateral están más que claras.
Si gana la presidencia, en lo que mexicanos y canadienses averiguamos qué tantas de sus amenazas se materializan, la volatilidad sería inmediata y seguramente importante en torno a la noche del 5 de noviembre y los días posteriores.
La segunda fecha preestablecida de un hecho relevante que puede tener algún impacto financiero es el 15 de noviembre, ese día habremos de conocer el Paquete Económico del primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum.
Ese es el día importante, porque en otros sexenios conocer el paquete era lo de menos, porque se tomaba como un valor descontado que no se desequilibrarían las finanzas públicas, lo que no se sabía era el resultado de las negociaciones parlamentarias en aquellos días en los que no todos los presidentes tuvieron una mayoría para imponerse en las Cámaras.
Ahora, como no se espera que le pudieran cambiar una sola coma a la propuesta presidencial, el dato relevante es ese documento con las propuestas fiscales de Hacienda para el 2025.
El acto de magia que se promete es iniciar la corrección fiscal sin aumentar impuestos y sin afectar el gasto en los rubros básicos de infraestructura y el gasto social, hoy manifestado en los programas asistencialistas.
La economía tiene pobres perspectivas de crecimiento el próximo año, con una inflación que no logrará sus objetivos de regresar a la meta pronto y con tasas de interés que se mantendrán relativamente altas en el comparativo internacional.
Así pinta este último trimestre de este año histórico del 2024.