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La relación entre planeación patrimonial y filantropía

OpiniónEl Economista

La Navidad es una época de generosidad y amor para todas las familias. Esta tradición hace reflexionar sobre lo que se tiene en el presente y valorar a las personas que hoy están, pero conviene pensar también en quienes más lo necesitan con la intención de poner un granito de arena en sus vidas. Inculcar desde la familia valores de amor al prójimo también se hereda, por lo que se convierte en un legado que va más allá de lo material y que trasciende por generaciones.

De acuerdo con el Registro Federal de Organizaciones de la Sociedad Civil, en México existen más de 43 mil asociaciones civiles comprometidas con apoyar a distintos sectores vulnerables que no solo requieren de personal capacitado, sino también de recursos para cumplir con su objetivo. Esto es importante ya que hoy en día existe una proliferación de fundaciones que, en muchos casos, no logran mantenerse a largo plazo debido a la falta de recursos, planeación o continuidad en su gestión.

Aquellas familias que tengan interés en sumarse a un fin filantrópico, se les recomienda que consideren acercarse a fundaciones ya institucionalizadas, en lugar de crear nuevas entidades. Al colaborar con organizaciones establecidas se puede elevar el nivel de efectividad de sus aportaciones, con un mayor impacto, echando mano de la experiencia, estructura y transparencia de dichas organizaciones. Esta opción permite evitar la fragmentación de esfuerzos y maximizar los beneficios para las causas que se desean apoyar.

Asignarle un propósito a la familia es clave para garantizar que el patrimonio no solo perdure a lo largo de las generaciones, sino que también tenga un impacto positivo en la sociedad. Cuando el legado familiar se enmarca en valores y objetivos claros, como el compromiso con el bienestar social o la filantropía, se fortalece el sentido de pertenencia y responsabilidad entre los miembros de la familia. Este propósito compartido motiva a preservar y gestionar con cuidado el patrimonio, no solo como un recurso económico, sino como una herramienta para generar cambios significativos y duraderos.

Incluir la filantropía en la planeación patrimonial no solo garantiza la permanencia de los valores familiares, sino que también genera un impacto positivo en la sociedad que va más allá de lo material. No se necesita un vasto patrimonio para marcar la diferencia, sino voluntad, compromiso y sentido de pertenencia. Que esta temporada sirva, entre otras cosas, para inspirar a dar lo mejor de cada quien y sembrar las bases de un futuro más solidario y significativo para todos.

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