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Política

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El PRI no está desahuciado, pero debe replantearse

Su viabilidad como partido realmente competitivo en el 2018 depende de que entienda que la ciudadanía está mucho más informada y que ya no puede hacer absolutamente lo que le venga en gana, destacan académicos.

La tan anunciada y mediáticamente vendida derrota del PRI en las elecciones del 5 de junio pasado, en términos de votos no se logra todavía materializar ciento por ciento, aseveró el politólogo Marco Arellano, quien afirmó que no debería descartarse a Manlio Fabio Beltrones, líder nacional de ese partido, de la carrera por la candidatura a la Presidencia de la República, por lo ocurrido al tricolor en esas contiendas.

Para el profesor, al analizar lo ocurrido en los 12 estados donde se renovaron gubernaturas este año, es importante tomar en cuenta que los resultados de las elecciones del 2016 no vaticinan lo que ocurrirá en el 2018 .

Dijo que si bien el PRI perdió seis gubernaturas, recuperó dos y mantuvo seis, lo primero que salta a la vista es que no perdió en todas. Además, la suma de votos obtenida por el PAN, menos los del PRD en los estados donde fueron en alianza, e incluso si se suman también los votos que obtuvieron por separado en las elecciones donde no compitieron juntos, la diferencia respecto del PRI y sus aliados, Panal y el PVEM es de 500,000 votos, entonces tampoco es tan estrepitosa la derrota.

Sin embargo, indicó que lo que sí ocurrió es que las derrotas que registró el PRI lo debilita en la pérdida de un poderío político que sí tiene y que obviamente va a perder, particularmente en estados como Veracruz y Tamaulipas.

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Esa derrota duele por el poderío que pierde ahí en términos de operación política y de ingeniería electoral hacia el 2018 .

Para el politólogo, lo relevante de las elecciones del 2016 es que hay un electorado que empieza a ser más inteligente; que castiga y desprecia con su voto a aquellos gobiernos que se han escindido como virreyes omniabarcantes y en ese sentido han castigado tanto a gobiernos del PRI como a gobiernos del PAN. Y destacó: la alternancia le da salud a la democracia en términos de que tenemos un elector más duro, con más capacidad de decisión.

Llamó la atención que en los casos de Veracruz y Puebla, se trata de gubernaturas que durarán menos de dos años, lo que tendrán poco tiempo de anidación en el escenario nacional, pero cuyos gobernadores sí pueden caer en la tentación de utilizar a sus estados como laboratorios políticos; como una maquinaria electoral, y eso el electorado puede cobrárselo.

Hay que tener cuidado al creer que el PRI tuvo una derrota estrepitosa, cuando lo que más bien hay es una alternancia, cuando el electorado puede castigar. Y puede volver a castigar .

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Se le desamarró un nudo a Manlio

Explicó que Manlio Fabio Beltrones, durante los últimos años, ha venido construyendo una larga y sinuosa ruta hacia el 2018, la cual pasó por hacerse a un lado en el 2012 para dejar pasar a Enrique Peña Nieto. Hasta hace un par de domingos, se le venía como sin ninguna abolladura , pero el 5 de junio un nudo se le desamarró.

Sin embargo, refirió que no es posible por ello descartarlo, sobre todo si se toma en cuenta que los demás aspirantes (Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño y José Antonio Meade) están muy verdes , y hay dudas de que puedan madurar si los ponen en periódicos, como los aguacates.

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Recordó que al menos en los dos últimos procesos de selección del candidato presidencial del PRI ha quedado demostrado que para ganar la nominación se requieren el poder de los gobernadores, el poder de la estructura partidista y el poder de los legisladores. Y en ese sentido, Manlio Fabio tiene al menos dos de esos elementos.

diego.badillo@eleconomista.mx

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