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El narcotraficante que sólo quiere dormir
El narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán dijo ser víctima de tortura y malos tratos para atender sus malestares de salud dentro del Centro Federal de Rehabilitación Social (Cefereso) del Altiplano, en Almoloya, Estado de México.
El narcotraficante Joaquín el Chapo Guzmán dijo ser víctima de tortura y malos tratos para atender sus malestares de salud dentro del Centro Federal de Rehabilitación Social (Cefereso) del Altiplano, en Almoloya, Estado de México.
En su declaración por escrito ante el juez tercero de Distrito, narró que el 8 de febrero cumplo un mes en este lugar y hasta el día de hoy traigo problemas de salud por la razón de que casi no duermo, porque en el día paso lista cada hora y en la noche cada cuatro horas. Traigo la presión alta, y me doy cuenta porque me la checan diario y estoy tomando medicamento en la mañana, a mediodía y en la noche. El problema es porque casi no duermo por la razón comentada.
También manifiesto que de la fecha que llegué aquí no he tomado el sol (...), hasta el día de hoy no tenido visita familiar de mi familia (sic), nada más tuve 15 minutos de mi hermana Almira y 15 minutos de visita con mi esposa Emma Coronel. Con mi defensor nada más he tenido media hora de visita y reitero, me siento mal de la salud.
El Chapo narró cómo es su pase de lista y las consecuencias a su salud: Me pasan lista ante una cámara, cuento hasta cinco y ya me dan por pasada la lista. Manifiesto que yo nunca había sufrido de presión, que se me hubiera subido hasta 190 y 100, por esta razón me duele la cabeza y los oídos y me siento sonámbulo. Me dan medicamento en la mañana, a mediodía y en la noche, pero el problema no es el medicamento, el problema es que no me dejan dormir. Dejándome dormir no ocupo medicamento (...) .
Guzmán aseguró que su estancia actual no es nada similar a la que tenía antes de su fuga en julio del 2015.
Hace medio año que yo estaba en este lugar tenía visita por parte de los defensores en locutorio, diario, hora y media de visita familiar cada nueve días cuatro horas y de visita íntima cada nueve días cuatro horas, una hora de patio de salir a caminar al sol y aclaro que este trato actualmente lo tienen todos los internos (...) .