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El último Grito, el más solo y accidentado
La lluvia no ayudó a que el Zócalo luciera lleno en la ceremonia, pero esta lluvia no dispersó las manifestaciones.
En medio de la fuerte lluvia, el presidente Felipe Calderón dio su último Grito de Independencia entre voces de protesta por el resultado de las elecciones federales del pasado 1 de julio y por las muertes que ha provocado la lucha contra la delincuencia organizada.
¡Fraude!, se escuchaba en la plancha del Zócalo capitalino antes de que Calderón saliera al palco de Palacio Nacional, gritos en alusión a los resultados oficiales de los comicios.
¡Asesino!, también se escuchó en el lugar que estuvo menos poblado que en años anteriores.
Los miembros del Estado Mayor Presidencial fueron distribuidos para garantizar la seguridad del Primer Mandatario, incluso elementos asignados en el Hangar Presidencial fueron requeridos para reforzar la vigilancia desde los edificios que rodean el Palacio Nacional.
Al salir el Presidente al balcón principal del Palacio Nacional, fue recibido con decenas de rayos láser que le daban en la cara, organizado como protesta por los integrantes de #YoSoy132, que intentó esquivar incómodo pero que permanecieron durante todo el Grito.
A la cena acudieron políticos, cantantes, deportistas y directivos de medios de comunicación. No se logró distinguir a familiares de Calderón como en años pasados, pero sí a los amigos del Mandatario, como los panistas Roberto Gil, Ernesto Cordero, Germán Martínez y Luis H. Álvarez.
También arribó uno de los críticos de la lucha por la seguridad en México, el exombudsman capitalino, Emilio Álvarez Icaza. Al igual que el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Wayne.
Por primera vez en el sexenio, el coronel Gálvez, jefe de escoltas del Presidente, rifó tres boletos para que igual número de guardias llevaran a sus esposas a la cena de gala con alusión al CCII Aniversario de la Gesta de la Independencia de México.
Los invitados salieron del recinto para escuchar el tradicional Grito de Independencia. En la arenga, Calderón agregó un ¡Vivan Galeana y los Bravo!
¡Mexicanos!/ ¡Vivan los héroes que nos dieron patria!/ ¡Viva Hidalgo!/ ¡Viva Morelos!/ ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!/ ¡Viva Allende!/ ¡Vivan Galeana y los Bravo!/ ¡Vivan Aldama y Matamoros!/ ¡Viva la Independencia Nacional!/ ¡Viva México!/ ¡Viva México!/ ¡Viva México! , gritó.
Pero en cuanto terminó la arenga, la lluvia corrió a los invitados especiales, quienes optaron por refugiarse de nuevo en el Palacio sin ser testigos de la pirotecnia que salía de una Catedral tricolor.
Adentro, el majestuoso patio del Palacio Nacional fue adecuado con un estilo lounge bar de Polanco, con pelotas de colores en el techo. Bocadillos mexicanos se repartieron en el lugar al que llegó Calderón acompañado de su esposa Margarita Zavala, quien portó un vestido diseñado por Macario Jiménez.
El vestido era color azul marino en crepé de seda que tenía en el centro un rebozo en tonalidades azules de Santa María del Río, San Luis Potosí.
POR MUERTOS
#YOSOY132 SE MANIFIESTAN EN EL DESFILE CONTRA CALDERÓN
La mañana del 16 de septiembre, mientras las infanterías de las fuerzas de seguridad mexicana marchaban, el movimiento #YoSoy132 se manifestó en la plancha del Zócalo con cartulinas y una manta en azul celeste destacando los 80,000 muertos a causa de la violencia del crimen organizado dirigidas a Calderón, quien -desde el balcón de Palacio Nacional- observaba a los miles de asistentes al desfile y a los integrantes de las fuerzas de seguridad.
El grito de asesino se extendió y llegó hasta Felipe Calderón", celebró Jorge López, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras e integrante del contingente #132, quien, a pesar de la represión a la que, aseguró, fue sometido la noche del grito; asegura que se logró un espacio de liberación.
(Con información de Ana Langner)