Lectura 5:00 min
Legisladores electos en julio podrían estar hasta el 2030
Esta figura, que permite a senadores y diputados federales buscar la continuidad en el Congreso, fue parte de la última reforma político-electoral.
A partir del 1 de julio, los integrantes del Congreso de la Unión podrán reelegirse para el periodo inmediato, lo que en opinión del sociólogo Alfredo Figueroa Fernández, quien ocupó el cargo de consejero del otrora Instituto Federal Electoral (IFE), puede contribuir al problema de representación política que sufre nuestro país.
Un cambio importante de la reforma político electoral, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 10 de febrero del 2014, es la reelección inmediata de senadores y diputados.
Previo a la modificación del marco legal, los artículos 59 y 116 de la Constitución Política negaban la posibilidad de reelección para el periodo inmediato. Hace cuatro años fueron reformados los artículos 59, 115 y 116 de la Carta Magna lo que permite que senadores, diputados federales, diputados locales, alcaldes, regidores y síndicos puedan ser reelectos hasta por un periodo de 12 años.
El texto constitucional pormenoriza que los senadores podrán ser electos hasta por dos periodos y los diputados federales hasta por cuatro ciclos consecutivos. No obstante, deberán ser postulados por el mismo partido, a menos que hayan renunciado a su militancia antes de la mitad de su mandato.
En tanto, las entidades federativas deberán regular la ratificación de los presidentes municipales, regidores y síndicos, quienes podrán ser reelectos por un periodo consecutivo, siempre y cuando su mandato no sea mayor a tres años.
A través del artículo Décimo Primero Transitorio del Decreto, la reforma será aplicable a los diputados y senadores que sean electos a partir del proceso electoral del 2018, mismos que podrían estar hasta el 2030.
En relación con los diputados locales, presidentes municipales, regidores y síndicos, las normas para la reelección se establecieron en los artículos 116 y 115.
Alfredo Figueroa Fernández, quien formó parte del Comité Conciudadano para la Reforma Electoral del 2007, explicó que la reelección para el periodo inmediato está vinculado a enfrentar problemas de representación política.
“En México hay un problema de representación política gravísimo: la gente no se siente representada en las opciones partidistas que existen ni en las opciones independientes. Hay una distancia entre los representantes y los representados muy importante”, declaró en entrevista.
La representación política implica rendición de cuentas y la posibilidad de los ciudadanos de mandar una clara señal sobre si quieren o no que continúe ese mismo legislador, dependiendo de su desempeño.
No obstante, aclaró el exconsejero, los efectos se vislumbrarán en un largo plazo. En el caso de diputados será a partir del año 2021 y del Senado de la República hasta el 2024.
Abundó que la reelección puede contribuir, junto con otras medidas, a un ejercicio donde se enfrente la representación política y existan mejores vínculos con la sociedad.
Sin embargo, “no será sólo a partir de este elemento como pueda lograrse un proceso de rendición de cuentas mucho más claro de cara a la ciudadanía. Hay que hacer otras modificaciones como la democratización de los partidos políticos”.
Ello —refirió Figueroa Fernández— es la posibilidad ciudadana de elegir democráticamente a las personas que van a llegar a la boleta. “Mientras sean cuatro élites, o incluso peor, una persona y tres élites las que decidan quiénes son los candidatos y candidatas en México, nuestra democracia no tendrá visos de consolidarse”.
El especialista enfatizó en la necesidad de democratizar la vida de los partidos, los cuales son mantenidos por los mexicanos.
En tanto, el jefe de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM, Armando Soto Flores, expone en el artículo “Reflexiones en torno a la reelección de los senadores y diputados del Congreso de la Unión como consecuencia de la reforma política”, que una de las ventajas de la reelección consecutiva es que impone a los legisladores mantener un vínculo más estrecho con los electores.
“Lo anterior trae consigo un mejor y más intenso ejercicio de rendición de cuentas en el que el elector a través de su voto manifiesta su aprobación o rechazo a la actuación, en general, de un partido por su desempeño político y, en particular, la de sus representantes”, se lee en el trabajo publicado en la revista del Instituto de Investigaciones Jurídicas, Cuestiones Constitucionales Revista Mexicana de Derecho.
Además, indicó el profesor de tiempo completo en la Facultad de Derecho de la UNAM, la estabilidad en el encargo legislativo podría traer consigo mejores condiciones de gobernabilidad en los contextos de falta de mayorías parlamentarias y de gobiernos divididos.
“La reelección, con las debidas acotaciones, es una condición necesaria para la recuperación del derecho ciudadano democrático, y podría ser un buen medio para profesionalizar a los integrantes del Congreso, lo que sin duda podría introducir cambios pertinentes a las instituciones del país”.
“A través de un mecanismo de reelección, el electorado estaría en posibilidad de castigar o premiar de manera directa el desempeño de sus legisladores en la siguiente elección, la reelección podría constituir una buena herramienta para responsabilizar a los legisladores por su desempeño”, destacó el especialista.