Más voluntad política contra corruptores

Si bien la iniciativa anticorrupción del presidente Felipe Calderón dará mayores herramientas al gobierno para sancionar las prácticas ilícitas, el principal factor para que ésta tenga éxito es la voluntad política de los servidores públicos para dejar de lado sus intereses particulares y aplicarla. Sin ella, así existan toda clase de normas, éstas no prosperarán, afirmó Virgilio Bravo.

A esto se le deben sumar sanciones verdaderamente severas que desalienten a los funcionarios a incumplir con la ley, pues hasta ahora las sanciones a funcionarios corruptos han sido muy light y no lo suficientemente coercitivas, expone a El Economista el Director del Centro de Negociación y Arbitraje del Tec de Monterrey.

El doctor en Derecho considera que si bien las sanciones propuestas por la iniciativa anticorrupción presentada por el Ejecutivo federal son más elevadas que las que existían, se debería dejar al descubierto y difundir a la opinión pública a los agentes corruptores.

Asimismo que sus malas prácticas queden asentadas como un antecedente laboral para que los agentes corruptores tengan en su expediente una mala nota y formar un cuadro de deshonor de quienes han buscado violar la ley.

Aseguró que los estados son los entes más opacos y están muy lejos de la transparencia. Bravo augura que esta iniciativa tendrá un difícil camino durante su paso por el Congreso de la Unión, pues será una norma controvertida no sólo por las suspicacias políticas, sino también por el momento electoral que se acerca.

Ojalá los legisladores estén a la altura y al nivel que necesita este país .

lpadilla@eleconomista.com.mx