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Política

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Menores en DF delinquen por curiosidad y no por necesidad

No tener nada qué hacer, saber qué se siente o creer que no pasará nada son las principales razones que dan los menores infractores al ser interrogados sobre su conducta delictiva.

No tener nada qué hacer, saber qué se siente o creer que no pasará nada son las principales razones que dan los menores infractores al ser interrogados sobre su conducta delictiva.

La titular de la Dirección Ejecutiva de Tratamiento a Menores (DETM) del Gobierno del DF, Raquel Olvera Rodríguez, aseguró en entrevista que éstas son las respuestas más frecuentes, y que la necesidad económica se ubica hasta el quinto sitio de la lista.

De acuerdo con datos del área a su cargo, actualmente se atiende a 5 mil 242 jóvenes que cometieron algún delito.

La gran mayoría, el 71 por ciento, fueron detenidos por robos en sus distintas modalidades, siendo Iztapalapa y municipios conurbados del Estado de México los focos rojos del mapa delictivo.

El proceso que lleva a un joven a delinquir tiene sus bases en la familia.

"La población que atendemos es en gran parte altamente abusada.

l abuso afecta a los jóvenes sin importar la edad, pero es entre 16 y 17 años cuando sus efectos empiezan a manifestarse en el comportamiento", manifestó Olvera.

Entre los factores que favorecen la conducta delictiva en los menores de edad se encuentran situaciones de familia fracturada, maltrato y abandono.

Un estudio realizado por la oficina que dirige Olvera, en conjunto con el Instituto Nacional de Psiquiatría, indica que el 51.72 por ciento de los jóvenes que atiende actualmente el DETM tienen padres separados.

El 32.61 porciento recibe algún tipo de maltrato físico, el 65.33 ha sido maltratado emocionalmente y 45.65 sufre negligencia o abandono.

"El maltrato físico comprende los golpes así como lesiones que dejan marcas y que tardan hasta 15 días en sanar. El maltrato emocional va desde amenazas y humillaciones hasta el punto en que los padres utilizan al menor como medio para molestar a la pareja", señaló la funcionaria.

Olvera Rodríguez apuntó que identificar la problemática a tiempo podría prevenir las conductas delictivas.

"Existen varios signos de alerta: el poco interés o abandono de la escuela, el tipo de amigos que frecuenta, si se bloquea la comunicación con los padres, o si trae dinero u objetos de valor que no correspondan", son algunos de los indicios de un potencial menor infractor.

Los jóvenes que a pesar de todo entran en conflicto con la ley deben seguir un proceso legal en el que se protejan sus garantías individuales.

"Nosotros tenemos la misión de que se respeten los derechos a la educación, seguridad, salud y recreación, con el objetivo de que el menor no reincida en la conducta delictiva al término de la medida", mencionó Olvera.

Sin embargo, el que se puedan reincorporar a la sociedad requiere de que ésta también ponga de su parte.

"Es necesario sensibilizar a la población para que se ofrezcan espacios de desarrollo para estos jóvenes, sobre todo en el ámbito educativo y laboral", explicó.

La problemática de los menores infractores ha cobrado relevancia durante las últimas fechas debido a su creciente participación en grupos delictivos.

El pasado agosto, el rector de la UNAM, José Narro Robles, señaló que en México hay alrededor de 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan.

Diversas voces del ámbito político y académico señalaron que esta situación podría acentuar la problemática de los menores infractores que participan en los distintos grupos delictivos.

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