México, enseñanzas ante la influenza

México se prepara para un segundo brote de gripe porcina con la llegada del invierno boreal y analiza lo que funcionó y lo que no en la primavera pasada, cuando suspendió todo, desde las salidas a comer hasta las clases, en un esfuerzo por controlar el virus.

El resto del mundo también observa de cerca la experiencia mexicana, tratando de ver qué medidas replicar y cuáles evitar.

Entre las cosas que funcionaron: las campañas para concientizar a la gente, los diagnósticos y el tratamiento rápidos, y una obsesión con el lavado de manos.

Suspensión de viajes, cierre de escuelas, excesivo uso de antibióticos y las mascarillas que se enredaban con el cabello, se deslizaban constantemente y ocultaban las sonrisas.

La medida más efectiva, imitada en el resto del mundo, probablemente fue el alertar a la ciudadanía apenas se detectó el virus.

En el peor momento del brote, en marzo, la Ciudad de México estaba llena de personas con mascarillas, que ofrecían compartir un gel antiséptico para las manos.

Al reanudarse las clases a fines de agosto, millones de niños uniformados volverán a las aulas. Las autoridades escolares tienen programado un sistema de "filtros" que busca detectar posibles síntomas de gripe porcina entre los niños y los maestros.

El personal de limpieza de las escuelas deberá limpiar las manijas de las puertas cada dos horas, señaló. Agregó que en el campus habrá un médico haciendo revisiones permanentes.

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