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México no le va a decir qué hacer a otras naciones: Marcelo Ebrard
Eso no quiere decir que el país no tenga opiniones y preocupaciones sobre lo que ocurre en otros países y las exprese, destaca el secretario de Relaciones Exteriores.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon afirmó que tiene la obligación de entregar a su sucesor en la cancillería mexicana, el derecho de autonomía de la política exterior de México a salvo; sin embargo, destacó que eso no quiere decir que el país no tenga opiniones y preocupaciones sobre lo que ocurre en otras naciones y las exprese.
Durante una conversación con el periodista de la revista estadounidense The New Yorker, Jon Lee Anderson, en el marco de las actividades del Dromofest, en Casa Uc, Ciudad de México, comentó que, en el caso de Nicaragua le han dicho a su gobierno “que estamos muy preocupados” y, en su carácter de canciller, llamó a consultas al embajador mexicano en esa nación.
Saben que a nosotros nos preocupa muchísimo el que de repente pasen esas cosas. Tenemos una opinión, pero no podemos intervenir”, remarcó.
El canciller mexicano fue cuestionado directamente sobre el surgimiento de regímenes populistas autoritarios a través de elecciones en el hemisferio. Subrayó que México debe tener una posición muy clara: puedes tener una opinión y la tenemos, pero −enfatizó− no puedes promover que se intervenga en otro país, en ninguna circunstancia.
“Toda autorización para intervenir es un peligro. Tienes que convencer, persuadir”.
Asimismo consideró que las sanciones internacionales han resultado un desastre. Y preguntó cuál es el límite ético para eso.
Puso como ejemplo que Cuba lleva 61 años con sanciones y se han cometido inmoralidades, como la que representó no dejar que llegara diésel a la isla en plena pandemia de la Covid-19, para que hubiera energía eléctrica en los hospitales. Por ello, México tomó la decisión de enviar combustible a esa nación, agregó.
En el caso de los cuestionamientos internacionales al régimen de Venezuela, recordó que en la política de Estados Unidos se manejó la idea de que darían un golpe de Estado porque no les parecía, lo cual incluso fue expresado por un asesor del presidente estadounidense.
Ante ello, añadió, “nosotros, por definición, jamás podremos acompañar eso y el día que lo hagamos sería desastroso para México, porque atenta contra su identidad e ideas esenciales”.
En lugar de eso, abundó, México propuso construir un diálogo entre el gobierno de Venezuela con sus oposiciones para tratar de reducir los incentivos para el endurecimiento de acciones en contra del país, como la aplicación de sanciones o buscar aislarlo internacionalmente.
Recordó que se hicieron dos rondas de acercamiento entre las partes.
En el caso de Cuba, dijo que en la lógica de México lo que estaba haciendo la administración del presidente Barack Obama estaba bien, en el sentido de tratar de normalizar la relación y que los cubanos decidan cómo hacen su régimen de gobierno.
“Nosotros no podemos ir e intervenir en su país y decirles que es lo que tienen que hacer”, insistió.
En el caso de la invasión de Ucrania por Rusia, recordó que el gobierno mexicano la condenó y propuso la habilitación de un corredor humanitario, además de que siempre ha destacado que se va a necesitar mediación.
En su opinión lo mejor será “apuntalar” al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, con un grupo de mediación que lo acompañe.
Sobre el factor China en la geopolítica internacional y la posición de Estados Unidos en un documento de seguridad nacional en el que se considera a la potencia asiática como “una gran amenaza”, dijo que habrá que estar atentos en cómo evolucione esa tención que llegó para quedarse.
“México tiene una buena relación con China (…) es un país que nos interesa, es un país del que importamos más o menos 80,000 millones de dólares y tenemos buena relación con China y la vamos a seguir teniendo”.
El canciller mexicano indicó que después de la pandemia y con el “estrés geopolítico” generado por el conflicto entre Ucrania y Rusia y la creciente tensión entre Estados Unidos y China (que, es su opinión, tiene límites), México va a tener un impacto económico favorable con la relocalización de empresas, lo cual ya lo estamos viendo.
Ante esa situación, dijo, México debe plantear una posición internacional que es tener una política internacional propia y, al mismo tiempo, una muy buena relación con Estados Unidos.