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Política

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“Mi temor es qué tanto cederá Trump”

Larry Rubin protagonizó durante varios meses un papel herculeano para defender las posturas más extremas de Donald Trump, es decir, todas en las que involucró a México.

Larry Rubin protagonizó durante varios meses un papel herculeano para defender las posturas más extremas de Donald Trump, es decir, todas en las que involucró a México. Rubin no tenía opción, es el representante del Partido Republicano en México. Cinco días antes de las elecciones Larry Rubin reveló en conferencia de prensa que no apoyaría a Trump. Consumado el éxito electoral de Trump, Rubin habla a El Economista sobre su difícil experiencia y sobre la relación que tendrá el Congreso estadounidense con Trump

Tendrías que estar contento. Los republicanos se llevaron todo. Si esto hubiera sucedido hace cuatro u ocho años el presidente pudo haber gobernado, si me permites la exageración, con piloto automático. Pero sabemos que Trump es un outsider y tuvo conflictos con muchos republicanos. ¿Cómo esperas la relación entre las cámaras con Trump?

Al principio habrá consensos. Si Trump hace bien las cosas, el Congreso trabajará con él. Sabemos que uno de los mecanismos que regulan la relación entre el presidente y el Congreso es saber ceder. Mi temor es: qué tanto va a ceder Trump. A veces el speaker of the House (presidente de la Cámara de Representantes) tiene problemas en ejercer el papel de líder entre congresistas de su propio partido.

Hay que tomar en cuenta que Trump es un outsider, llegará a la Presidencia e intentará imponerse a las cámaras. Pero hoy existe disposición de todos los republicanos, porque al final de cuentas, lo primero que se busca es la permanencia del partido en el gobierno y también se busca que tenga éxito el presidente electo.

Paul Ryan enfrió su relación con Trump el día en el que The Washington Post reveló el audio en el que Trump profiere palabras vulgares sobre las mujeres. ¿Ryan aportará dosis de pragmatismo para cerrar el capítulo?

Paul Rayan ha hecho una buena labor como líder en la Cámara de Representantes. Todos los republicanos buscarán trabajar con el presidente electo. Otra cosa pasará si empiezan a existir rencillas entre Trump y Ryan.

El jueves 3 de noviembre hiciste pública la decisión de no apoyar a Donald Trump, el candidato que propuso el partido al que perteneces. ¿Hubo molestia en Washington por la decisión?

Obviamente no gustó en Washington porque en todo momento se busca la unidad alrededor del candidato, y el presidente del partido Reince Priebus, enfatizó mucho eso durante la campaña. Sin embargo, llega un punto en el que dices: o mis creencias y lo que yo pienso o el partido. Yo decidí apostar por mis creencias. Sin embargo, ahí está mi trabajo que he hecho a lo largo de 12 años. Esto tiene cierto peso, y se refleja con buenas relaciones al interior del partido. No puedo cantar victoria sobre mi futuro, pero sólo el tiempo lo dirá.

¿Cómo reaccionaron tu círculo laboral y de amistades en México?

Muchos de ellos no necesariamente querían que Trump fuera el presidente electo. En México, en general, había un sentimiento pro-Hillary. (Sobre Trump) Quizá no se hizo una evaluación sobre la probabilidad de que ganara, por eso yo salí a los medios tiempo atrás diciendo: Ojo, hay una gran probabilidad de que gane; es más, yo creo que va a ganar. Y cuando el partido y yo platicamos de que había unos 12 millones de ciudadanos estadounidenses que no fueron considerados por las encuestas, fue cuando yo dije que no lo podía apoyar.

¿Por qué no fueron tomados en cuenta por las encuestas?

No habían votado en las últimas dos elecciones. Al parecer las encuestas tomaron en cuenta a los que ya habían votado. Fue un error.

Las expectativas sobre una eventual y masiva participación de mexicanos creció como un soufflé, pero el 8 de noviembre se reventó.

Creció, si no mal recuerdo, 19% el voto hispano respecto de las elecciones del 2012 pero el número continuó siendo bajo por la apatía. También muchos de ellos votaron por Trump.

Guillermo Guajardo, académico de la UNAM, sostuvo ante El Economista que la baja participación de mexicanos ocurrió porque carecen de la cultura del voto.

La cultura del voto es nueva para muchos de los que no nacieron en EU, y muchos de los que nacieron allá no necesariamente se sienten mexicanos, se sienten americanos. Yo sé de muchos casos que, aunque eran mexicanos, sin duda iban a votar por Trump y no les importaba que tuviera una retórica en contra de la migración porque ellos se sienten americanos debido a que allá nacieron, y decían: bueno, ¡qué mal! pero (Trump) me gusta porque es no político y (su potencial triunfo) será una sacudida en Washington .

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