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Migrantes, entre albergues saturados y frío extremo
La falta de espacios en las ciudades fronterizas ha orillado a que las personas acampen en calles pese a las bajas temperaturas que se han registrado en los últimos días.
El mal clima y las heladas, que afectan a la región, están agravado las malas condiciones en las que viven miles de migrantes que se encuentran varados en la frontera norte del país.
Lourdes Lizardi Lopez, activista en pro de los derechos de los migrantes en Tijuana, Baja California, que colinda con San Diego, Estados Unidos, alertó que este mes de diciembre se ha destacado por la gran cantidad de migrantes que buscan algún refugio en la localidad, ante la necesidad de protegerse el clima extremo.
“Los albergues están saturados, en las centrales de autobuses se ven a migrantes deambulando, personas venezolanas, colombianas, haitianos, centroamericanos y demás migrantes que no dejan de llegar todos los días”, relató.
Lizardi Lopez, quien se da a la tarea de canalizar a los migrantes en los refugios, añade que incluso se llegan a ver a familias enteras en las calles, quienes, con el frío y durante esta época de navidad y año nuevo, se les nota desesperados y muy tristes, por no encontrar donde pasar las noches.
Y es que resaltó que, si bien es sabido que los albergues no tienen mucha ayuda del gobierno, pues la mayoría son auspiciados por la sociedad civil, principalmente de Estados Unidos, en esta época se vuelve más difícil su trabajo, ya que no tiene espacios para apoyar.
“De los casi 20 albergues que hay, la demanda continua y no se dan abasto, y solo cinco pueden atender a familias completas”, por lo que, al no querer pasar por condiciones precarias en las calles, los migrantes se tienen que enfrentar a la separación familiar.
En este contexto, la activista calcula que actualmente hay entre 5,000 y 6,000 migrantes varados en esta ciudad fronteriza, quienes además se tienen que enfrentar a los abusos de las autoridades y la falta de empatía de mucha de la población local.
Al tiempo que, lamentó que debido a los retrasos en su regularización migratoria por parte de EU, muchos de ellos terminan deprimidos, sin dinero o incluso en las drogas. “Tienen desesperación por el sueño americano, que se le convierte en un infierno por todo lo que tienen que pasar. Mientras que siguen llegando más migrantes”, subrayó.
Desconfianza en instituciones
En tanto, Graciela Zamudio Campos, directora ejecutiva de la organización Alma Migrante de la misma localidad, reconoció que como cada año, los albergues son los héroes para los migrantes, pues son los activistas quienes reúnen los donativos para permitir que tengan donde pasar sus procesos migratorios y las afectaciones climáticas.
“Desde finales de noviembre los albergues están llenos, pues además de la ola de venezolanos hay muchos migrantes que siguen sin encontrar un lugar para vivir y sobre todo migrantes internos”, dijo.
En este sentido, destacó que aunque actualmente se han creado albergues del estado, los cuales aún carecen de experiencia para atender a esta población, poco a poco buscan ayudar a los migrantes, sin embargo, reconoció que muchos de ellos no tienen confianza en estas instituciones gubernamentales.
“La confianza no está en los albergues del Estado y sí en los de la sociedad civil que siempre están rebasado de alguna manera”, sostuvo.
Por ello, Zamudio Campos enfatizó que las autoridades deben enfocarse en darles mejores condiciones a los centros sociales, pues no siempre están en las mejores condiciones.
Según datos de la Secretaría de Gobernación, hasta noviembre de este año, se han retenido en México a 346,656 personas migrantes, de las cuales, casi 84,000 han sido deportados, incluidos más de 8,241 menores de edad.
Mientras que al menos 241,661 mexicanos han sido repatriados desde EU, de los cuales, más de 23,000 son niñas, niños y adolescentes.
En el mismo periodo, 111,257 personas migrantes solicitaron refugio en México, principalmente de países como Honduras (29,390); cuba (17,487) y Haití (15,780).